Más de diez bodegas certifican sustentabilidad en todo el país con el apoyo de Wines of Argentina (WofA), la entidad encargada de promover el vino argentino en los mercados internacionales. La idea es impulsar acciones que promuevan una vitivinicultura más sostenible, diversa e inclusiva. Para esto se creó el Programa de Apoyo a la Certificación del Protocolo de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina (BdA), enmarcado dentro de Sustenta-Vitis, el plan integral de sostenibilidad para el vino argentino de WofA, gracias a AL-INVEST Verde y con financiación de la Unión Europea.
Bodegas certifican sustentabilidad
“Iniciamos un camino para ayudar a aquellas bodegas que no pueden quedar fuera de las acciones de sostenibilidad”, explica Magdalena Pesce, CEO de Wines of Argentina, entidad que se encarga directamente del pago a la certificadora cuando las bodegas certifican sustentabilidad.
Aunque existen otras herramientas, como la Guía de Sostenibilidad de la Vitivinicultura Argentina de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), Magdalena destaca que la herramienta desarrollada desde BdA cuenta, a la fecha, con el mayor número de unidades certificadas en el país y que ya fue reconocida en distintos monopolios -en Finlandia, Noruega, Suecia, Reino Unido y Montreal, Canadá-. “Es importante que Argentina cuente con herramientas sólidas para demostrar sus credenciales sostenibles al mundo”, enfatiza.
El Protocolo de Autoevaluación de Sustentabilidad Vitivinícola de Bodegas de Argentina integra el Programa de Sustentabilidad para la Industria Vitivinícola Argentina, que busca fortalecer la sustentabilidad ambiental, social y económica y la competitividad de la industria vitivinícola argentina en el largo plazo.
La autoevaluación tiene 14 capítulos que incluyen, entre otros, la gestión del uso del agua, el cuidado de los suelos, los residuos, los aportes a la comunidad y hasta el cuidado del aire. Las etapas abarcan la autoevaluación, la implementación y la auditoría de verificación, donde entran certificadoras internacionales como Bureau Veritas, DNV GL, Ecocert Argentina, IRAM, Letis, OIA Organización Internacional Agropecuaria, SGS Argentina y Schutter Argentina.
Hasta agosto de 2023, 181 bodegas certifican sustentabilidad, mientras que más de 50 han realizado su recertificación.
La sustentabilidad en primera persona
Si bien el protocolo ya cuenta con fincas y bodegas de Mendoza, San Juan, Salta, San Rafael y Río Negro, se sumarán a la lista más unidades mendocinas, salteñas y por primera vez, de Buenos Aires y Neuquén.
Entre las beneficiadas está Grupo Colomé (integrado por Colomé y Amalaya). Para Lourdes Casasola, Gerente de Responsabilidad Social y Gestión Ambiental, lo positivo del programa se vio reflejado en el apoyo económico y en las capacitaciones en temáticas productivas y sociales, que les permitieron profundizar las acciones de sostenibilidad ya vigentes.
Para el 2024 el grupo busca certificar sus dos bodegas y seis fincas. Colomé también ha sido pionera en la implementación de lo social en los Valles Calchaquíes, con acciones orientadas a favorecer el desarrollo en tres municipios salteños: Molino, Cafayate y Payogasta. “Tenemos un plan de desarrollo social con 7 programas, más de 21 subprogramas y 50 acciones concretas en pequeños proyectos”, enumera Lourdes. Entre ellas, apoyo escolar, mejora de viviendas, optimización de la distribución de la red de agua y una mesa de diálogo con los pueblos originarios del valle.
Al sur, otras bodegas certifican sustentabilidad. Secreto Patagónico es una pequeña bodega de San Patricio del Chañar que también ha iniciado su proceso de certificación, con el 100% de sus viñedos en transición a orgánico.
Tomás Groppo, Gerente General de la bodega, recuerda que la apuesta por este tipo de producción comenzó con sus padres hace 20 años. “Apuntamos a una economía circular. Construimos una compostera para aprovechar el orujo, los escobajos y los restos de la vinificación y que vuelvan como abono. Queremos hacer un producto que sea sano, rico, de excelente calidad y que refleje el terroir. Eso va de la mano con la sustentabilidad”.
Las mejoras, dice, son evidentes. “En la Patagonia tenemos mucha exposición solar y uno de nuestros problemas era la insolación. Al dejar de usar glifosato, el suelo comenzó a estar completamente cubierto y el reflejo de sol se atenuó en los racimos. Todas las acciones de sustentabilidad que hemos aplicado han repercutido en la calidad”. Su objetivo es convertirse en la primera bodega 100% orgánica de la zona con aplicación total en sus 50 hectáreas.
Todas las bodegas de San Patricio del Chañar se convirtieron en pioneras al usar como región el riego por goteo en el 100% de sus viñedos, algo que en la cosecha 2023 les permitió optimizar el uso del recurso hídrico, y que piensan repetir en 2024. “No es solo sustentabilidad porque ahorramos agua, también te da eficiencia en costos, porque nos permite gastar menos energía”, completa Groppo.
En Balcarce, provincia de Buenos Aires, la bodega Puerta del Abra comenzó hace un año su camino hacia la sustentabilidad. Delfina Pontaroli, enóloga de la bodega que comenzó como un proyecto familiar y hoy es referencia en la zona, explicó que iniciaron la certificación de buenas prácticas agrícolas y buenas prácticas de manufactura, para luego pasar al sello de sustentabilidad que otorga BdA.
“Empezamos ordenando procesos en campo y en bodega para hacer uso eficiente de todos los recursos, a través del manejo con precisión de riego y de antiheladas, o el manejo de efluentes desde bodega para evitar contaminación y para recuperar parte de ese agua que se usa como lavado. Estamos en un proceso de implementación de manejo de residuos de la mano de WofA, con un equipo técnico que nos ha ayudado a armar un plan de acción para darle el mejor fin a los desechos de la bodega y el viñedo”, concluye.