En noviembre de 2022, la Asociación Argentina de Sommeliers celebró en Mendoza la 9ª edición del Concurso Mejor Sommelier de Argentina. Con récord de concursantes, la competencia tuvo como ganadora a Andrea Donadio, quien junto a Valeria Gamper -Mejor Sommelier de Argentina 2019 y Mejor Sommelier de las Américas 2022- representarán a la Argentina en el Concours ASI du Meilleur Sommelier du Monde 2023, que se llevará a cabo en en febrero en Francia.
La trayectoria de Andrea Donadio como profesional de la sommellerie es amplia: egresó en 2011 del Centro Argentino de Vinos y Espirituosas (CAVE), donde hoy es docente. Más tarde, obtuvo el Certified Sommelier de la Court of Master Sommeliers y en la actualidad es co-creadora de Tinte Vinos, una tienda online de vinos y asesoramiento gastronómico.
Finalista de la edición 2019 del Concurso Mejor Sommelier de la Argentina, Andrea Donadio cuenta con más de diez años de experiencia en distintos restaurantes prestigiosos de Buenos Aires y de Europa (hizo pasantías en Martín Berasategui, en País Vasco, y en Michel et Sébastien Bras, en Francia).
En medio de su intensa capacitación para viajar al Mundial, Andrea Donadio reflexiona sobre las características singulares de la sommellerie en Argentina; sobre la relevancia de las profesionales del país que se destacan en una actividad donde las mujeres se abren camino a paso firme, siempre apoyándose entre sí; la estrecha relación de las y los sommeliers con todos los actores del vino; la formación de excelencia que reciben y la importancia de su tarea en distintas ciudades del planeta para hacer cada vez más reconocido al vino argentino.
Entrevista a Andrea Donadio
En Argentina existe un nexo muy fuerte entre sommeliers, winemaker y bodegas, ¿cómo resulta esta interacción profesional?
Al ser un país productor, las y los sommeliers contamos con la ventaja de tener cerca a las y los productores y tenemos la posibilidad de vivir la cultura del vino de un modo muy directo. En los últimos años, esta relación se profesionalizó y eso nos ayuda a elevar el nivel de conocimiento que tenemos gracias a lo que nos comparten las bodegas, lo que es una gran ventaja. Al margen de que no a todo el mundo le vamos a hablar de suelos, pero es una información muy valiosa que nos hace mejores profesionales y nos permite ofrecer la mejor experiencia para cada botella.
Hace años que participás en los concursos más importantes, ¿qué te motiva a seguir concursando?
La competencia a Mejor Sommelier Argentina fue mi cuarta participación (2014, 2017, 2019 y 2022) y lo que más me motiva es que me obliga a organizarme para hacerlo. Es mucha información la que hay que procesar: geografía, enología y mucho más, pero todo ayuda a entender mejor al vino e interpretar muchas cosas. También me entusiasma la experiencia en general, el intercambio con colegas, conocer gente nueva, estudiar con diferentes personas y compartir experiencias.
¿Qué imagen tiene el mundo sobre la sommellerie argentina?
Hace poco participé de un bootcamp de la Association de la Sommellerie Internationale en Malasia con numerosos profesionales de diversos países y descubrí que nos conocen bastante. Muchos me preguntaron por Paz Levinson, por ejemplo, y me transmitieron su admiración. Saben que el nivel académico de Argentina es muy alto y conocen mucho de nuestros vinos, en particular del Malbec.
¿Qué oportunidades tiene el vino argentino en los restaurantes de otros países?
Cada vez ingresan más etiquetas argentinas con altos puntajes, ya que las bodegas argentinas son cada año más premiadas y reconocidas. Hasta hace unos años había muy poco vino argentino en las cartas internacionales, pero hoy eso cambió mucho. Por supuesto, también tiene que ver con la relevancia que tiene el Malbec, veo que ahora siempre hay al menos uno o dos en los listados. Considero que todavía queda compartir y mostrar la diversidad del país, otras variedades y más orígenes.
¿Cuáles son los mensajes que todavía falta reforzar en la comunicación?
Creo que debemos seguir contando sobre la vasta geografía argentina, sobre su diversidad que no se limita solamente a la Cordillera de los Andes, sino que también se produce vino en otras regiones, como por ejemplo las influenciadas por el mar.
En cuanto a las cepas, por supuesto debemos seguir hablando de Malbec y abrir un poco más el abanico para compartir las tendencias del momento y el valioso capital humano y profesional de nuestra vitivinicultura.
Argentina cuenta con destacadas sommeliers…¿Qué sucede en otros lugares?
La sommellerie es una profesión muy nueva en Argentina, tiene unos 20 años como mucho y comenzó de la mano de Marina Beltrame, Flavio Rizzuto y María Barrutia. Desde el principio es una actividad que convoca a muchas mujeres. En otros países quizás la imagen de sommelier varón es más fuerte, pero aquí no hay prejuicios entre las y los colegas sommeliers.
Espero que todos los países evolucionen en este sentido, porque no se trata que la mujer tenga una sensibilidad especial en los sentidos y por eso es mejor sommelier. Se trata de que todas nuestras referentes llegaron donde están gracias a su esfuerzo, a su dedicación, a su estudio, a sus ganas de seguir adelante y al apoyo mutuo que siempre está disponible entre todas las colegas.
