Cada país es un mundo y siempre hay un plato emblemático que se destaca. Es el asado y las empanadas en Argentina, la paella en España y la pasta y la pizza en Italia. En el caso de Brasil, sin dudas la feijoada ocupa el primer puesto en el ranking de la identidad gastronómica. Ese guiso a base de porotos negros y arroz es delicioso, pero hay mucho más.
Si bien las distintas regiones de Brasil ofrecen diferentes experiencias culinarias, sus recetas expresan el sabor de la enorme despensa de cada lugar. Sin embargo, en todas las ciudades hay un “boteco”, un local que ofrece comida al paso y que es punto obligado de reunión para amigos y vecinos.
A principios del siglo XX, con el auge de la industrialización, los botecos pasaron a ser referentes en la alimentación popular ya que ofrecían comidas accesibles. De a poco, estos “bares” se convirtieron en lugares de reunión de bohemios y estudiantes, para tomar algo rico, comer algo y jogar conversa fora (hablar de la vida).
El boteco es una verdadera institución social en Rio de Janeiro, São Paulo y en Belo Horizonte. Son muy visitados al final de la tarde, a la salida del trabajo, para disfrutar del happy hour y de los tira-gosto o aperitivos (calentitos varios) que acompañan de maravillas una buena caipirinha o un chopinho bem gelado.
Entre los bocados más habituales, se encuentra la Coxinha de galinha: croquetas en forma de gotas hechas con una masa escaldada de harina rellenas de pollo. ¿Se puede hacer en casa la receta de la coxinha de pollo? ¡Claro que sí!
Receta de coxinhas, su historia
Como suele suceder con los platos famosos, tienen orígenes diversos. El más aceptado en referencia a las coxinhas es el que cuenta la historia del hijo de la princesa Isabel y el conde d´Eu, la familia imperial brasileña, quien fue criado en una granja. La leyenda dice que ese chico tenía debilidad por los muslos de pollo.
Un día, al darse cuenta de que faltaba la comida favorita del hijo de la princesa, el cocinero desmenuzó otras partes del pollo, las envolvió en una masa y le dio forma de patita o gota: así nació la receta de coxinhas.
Rápido, este bocado conquistó a la nobleza y luego a todos, porque es una receta que permite “estirar” el pollo y hacerlo rendir de manera sabrosa.
Es muy probable que las coxinhas deriven de las históricas croquetas europeas y a las que brasileños le dieron su impronta: el Catupiry, el queso tipo «requeijão» más popular de Brasil, originario del estado de Minas Gerais, que se usa para el relleno.
Hoy se encuentran saborizadas con todo tipo de ingredientes: hay coxinhas de feijoada, bacalao, rabo de buey, gambas y, por supuesto, también vegetarianas.
Ahora bien, ¿Por qué no probar esta receta de coxinhas de pollo con un vino argentino?
Paulo Brammer, wine expert y director de Eno Cultura, sabe bien que es posible: “el maridaje clásico con la coxinha es el vino espumoso porque las burbujas interactúan bastante bien con la sensación crujiente de la boca. Además, estos tienen normalmente una alta acidez y esto colabora en cortar la grasa de la fritura”, dice.
Pero hay muchas opciones para acompañar las coxinhas. Es Brammer quien agrega: “El queso Catupiry -que aporta una textura cremosa- funciona muy bien con un Chardonnay mendocino ligeramente criado en roble. También pienso que es habitual agregar una salsa picante (como tabasco) a las croquetas y, entonces, un Malbec joven, frutado, puede hacer frente a los sabores picantes para disfrutar de este plato”.
Receta de coxinhas de pollo
5 claras de huevo
Harina de mandioca o pan rallado c/n
Rodajitas de lima o limón
Para la masa
1 cubito de gallina
2 tazas de leche
2 tazas de agua
1 kg de harina
1/2 cda de manteca
Sal y pimienta, a gusto
Para el relleno
2 pechugas de pollo
1 morrón verde
1 morrón rojo
1 cebolla
2 dientes de ajo
Perejil, a gusto
Cómo se hace
Para la masa, hervir la leche con el agua, agregar la manteca y el cubito de gallina. Cuando rompa el hervor tirar la harina de un golpe y mezclar con potencia sobre el fuego hasta que la masa se despegue de la cacerola. Dejar enfriar en un bol.
Para el relleno, hervir el pollo y luego desmenuzar. Picar el morrón y la cebolla y saltear en aceite. Mezclar las verduras con el pollo y condimentar con ajo, perejil y un poquito de caldo de cocción.
Para el armado, tomar un poco de masa en la mano, introducir una cucharada de relleno y cerrar la masa en forma de gota. Pasar por claras de huevo batidas y luego por harina de mandioca o pan rallado. Freír y servir con limón.