Valle de Uco es el plato caliente de la vitivinicultura argentina. Rankings, reviews y reportes ubican a sus viñedos como los protagonistas del vino. Con 27.900 hectáreas plantadas, es un mosaico de sabores y aromas para todos los varietales. Una virtud que permite plasmar la renovación del sabor para el vino argentino, a fuerza de frescura y altos decibeles sensoriales.
Desde 2006, su área cultivada creció un 65% y sus hectáreas con viñedos ya duplican a las de Luján de Cuyo, región histórica de la vitivinicultura del país.
Más allá de los datos, la verdadera clave del éxito del Valle de Uco está en que es un vasto territorio de montaña que asegura frescura, calidad y diversidad de estilos para los vinos tintos y blancos por igual.
Con el 50% de su superficie cubierta de Malbec, el resto de sus viñedos se destina a otras variedades de acuerdo a las características del terroir. Según la expresión que se logra en cada viñedo, hoy se traza el nuevo mapa de la viticultura vernácula. Lejos de ser un único origen, cada una de sus zonas ofrece un perfil determinado de Malbec y de otras especialidades. Divido en tres departamentos, un recorrido por el valle entre copas sería así:
Terroir sin techo
Tupungato es el departamento de mayor superficie de viñedos, con 9.900 hectáreas. Fue el primero en consagrarse internacionalmente con los vinos producidos en Gualtallary, su rincón más preciado. La altura es la principal característica, con vides que pueden cultivarse por encima de los 1.600 metros sobre el nivel del mar. Seco y más fresco que otras regiones, sus suelos de origen aluvial combinan rocas, arena, limo y las afloraciones calcáreas. Esos factores se traducen en un estilo de Malbec de buena concentración y madurez con una alta cuota de frescura, como son Catena Zapata Fortuna Terrae 2012, Sophenia Synthesis Malbec 2013, Altos Las Hormigas Appellation Gualtallary 2013 y Doña Paula Alluvia Parcel 2011.
Pero Tupungato ofrece más que Malbec. Fue punta de lanza en materia de Cabernet Franc, cuyos tonos herbales y balsámicos se funden con la fruta roja profunda y las especias, algo que es común en Calcáreo Granito 2014 y Gran Enemigo Single Vineyard 2013. Pero también sus Pinot Noir se ubican entre los más sabrosos y elegantes de Mendoza. Basta probar Finca Ferrer 1310 Block A1 2015 o Luca 2013 de Laura Catena.
En Chardonnay también lleva la delantera por su buena amplitud en boca, fluir graso y refrescante. Un estilo que permite elaborar vinos elegantes, como Adrianna Vineyard White Bones 2012, Matías Riccitelli Vineyard Selection 2015 y Escorihuela Gascón Pequeñas Producciones 2015.
En la cresta de la ola
Tunuyán es el segundo departamento en extensión del Valle de Uco. En él se encuentran algunas de las bodegas de capital extranjero más conocidas, como Clos de los Siete, Salentein y Lurton, todas pioneras en el uso del nombre del valle en sus etiquetas.
Aquí la apuesta es por sus subapelaciones: Vista Flores, Chacayes y Los Árboles. Estas últimas están en plena formación. Son áreas que sentencian estilos bien definidos a sus vinos. Como rasgo diferencial de los tintos de Vista Flores, hay que destacar los aromas florales que recuerdan a violetas y el paladar compacto, como el de Val de Flores 2009, Gran Ópalo Blend 2012 y Cuvelier Los Andes Grand Malbec 2013.
Mientras tanto, Chacayes es la zona de la que todos hablan. Sus viñedos se internan en la montaña y llegan hasta los 1.300 metros. Los tintos ostentan notas frutales, balsámicas y minerales profundas que luego se repiten en boca, donde los vinos son fluidos y grasos, como Per Se Francesa 2012 o Chacayes 2008 de Piedra Negra y Alpasión Malbec 2013. Entre los blancos, comienzan a lucirse los Chardonnay, como Viña Cobos Bramare Los Arbolitos Vineyard 2015.
En cuanto a Los Árboles, hay que destacar que es el rincón más fresco de Tunuyán, además de frontera con Tupungato. Sus uvas blancas son las más codiciadas, especialmente las de Chardonnay, que aseguran aromática de buena tipicidad, volumen y tensión. Bodega Salentein es la que más extensión de viñedos posee, y entre sus etiquetas se destacan Numina Chardonnay 2015 y su Single Vineyard Plot Nro. 1 2013 aunque también vale la pena buscar Zaha Chardonnay 2015, exquisita interpretación de Alejandro Sejanovich del terroir.
El sur existe
Límite sur del Valle de Uco, el departamento de San Carlos cuenta con dos microrregiones muy reconocidas internacionalmente: Paraje Altamira y La Consulta. La geografía de ambas zonas fue trazada sobre el lecho del río Tunuyán, donde los viñedos se emplazan en suelos aluviales de abundante arena y limo con presencia de rocas y piedras calcáreas en diferentes profundidades. La irregularidad de estos suelos da lugar a una notable heterogeneidad aun en un mismo viñedo.
En Paraje Altamira, zona muy divulgada durante 2016 por haber logrado su estatus de Indicación Geográfica, los tintos se destacan por su perfil frutal, terroso y notable mineralidad, que en boca se traduce en una textura polvorienta. De algún modo representan la nueva cara de San Carlos, con su paladar carnoso y refrescante, como sucede con Zuccardi Aluvional Malbec 2012, Achával Ferrer Finca Altamira 2012 y Chakana Ayni Malbec 2015. En cuanto a las blancas, existen exquisitos Semillón, como el Finca Suárez o Mendel, ambos 2016.
La Consulta, en cambio, es un bastión histórico del Valle de Uco, con viñedos centenarios y bodegas de larga data. Por esto mismo, sus vinos son intensos y concentrados, pero ofrecen un equilibrio propio de los viñedos antiguos. Altocedro Gran Reserva Malbec 2012 es uno de los que mejor define el estilo clásico de esta región, mientras que Teho Red Blend 2012 y Tito Blend 2013 de Zuccardi brindan un estilo jugoso y actual.
Como queda demostrado, no hay una única versión de los vinos argentinos ni un perfil exclusivo de Malbec, sino que cada región tiene mucho para ofrecer y descubrir. En este sentido, el Valle de Uco recién empieza a contar su historia. Habrá más.
Foto: Familia Zuccardi