Una nueva Indicación Geográfica se suma al mapa vitivinícola argentino, se trata de IG El Peral, en Tupungato, Mendoza, un terroir histórico del norte del Valle de Uco que se caracteriza por sus viñedos antiguos y por la mirada renovadora de las bodegas que hoy están elaborando vinos con uvas de la zona.
Esta región al pie de la Cordillera de los Andes posee varias características que la vuelven única: sus plantas centenarias -especialmente de Semillón y Malbec-; la altura, ya que los viñedos arrancan a partir de los 1100 metros y ascienden en los alrededores del Cordón del Plata; e innovación porque ya existen nuevos cultivos que alcanzan los 1550 metros en la actualidad.
Fue Chandon Argentina, que viene apostando a El Peral desde 2005 con la plantación de diversas cepas en esta área, la bodega que promovió junto a otros productores (Valmor, Trapiche, Calandria, Monteverdi, Armando Perinetti, CABA, Rafael Reina, Espínola y Juan Soto) el pedido de la protección de la IG El Peral, cosa que finalmente se logró en enero del 2023.
“Se hizo un trabajo de campo de más de tres años con la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Cuyo y se llevó a cabo una investigación para recabar información meteorológica de una serie de 10 años para poder tener la caracterización climática del lugar”, cuenta Mario Sonzogni, ingeniero agrónomo Jefe de Viñedos de Chandon Argentina.
Por su parte, Germán Masera, propietario de Escala Humana Wines y hacedor de los vinos Livvera y Credo, con uvas de El Peral, destaca: “Es una región muy importante porque aquí se conserva un material genético puro y muy valioso; pero también por el ‘saber hacer’ de las y los productores que se refleja en la dedicación y el cuidado de los viñedos y – al mismo tiempo- nos regalan un paisaje hermoso”.
IG El Peral, sus señas particulares
Un total de 2740 hectáreas cubre la IG El Peral y su geografía está relacionada con las Lomas de Jaboncillo y las Lomas de El Peral que forman la Cordillera Frontal. Sus suelos varían mucho con las distintas pendientes: pasan de terrenos con arcillas y cantos rodados en la base a otros ricos en depósitos de carbonatos más arriba.
Son suelos aluviales que se generaron con la formación de la Cordillera de los Andes y los sucesivos deshielos que arrastraron el material de la montaña hacia las zonas de planicie.
El clima, igual que en el resto de las regiones de Tupungato, responde a temperaturas templadas y cálidas con noches frías y un promedio de precipitaciones anual del orden de los 244mm, condiciones que completan un combo ideal para para el cultivo de la vid.
Los vinos de El Peral
“El Peral es una región muy singular ya que se trata de una de las zonas más altas de Tupungato donde desde hace ochenta años se cultivan vides”, cuenta Estela Perinetti, winemaker y propietaria de Las Estelas Wines, de una de las fincas históricas de la región. “En los comienzos, parecía una locura cultivar en esta zona fría y alta, pero hoy es un tesoro del Valle de Uco”.
Sobre el Malbec de la zona, Perinetti (quien elabora uno de los grandes ejemplares de El Peral como es Las Estelas Malbec), comenta: “Se destacan por sus matices frutales intensos con notas herbales de tomillo y de anís, con taninos muy armónicos y dejos salvajes típicos del Valle de Uco”.
Por su parte, Sergio Casé, enólogo de Trapiche, que utiliza las uvas de El Peral para su Malbec Terroir Series Coletto, suma: “El Malbec ofrece una fruta muy expresiva con una acidez por encima de la media que aporta una fluidez y frescura muy interesante, sobre todo las uvas que cultivamos en viñas antiguas y en Finca Coletto”.
En cuanto al Semillón, Germán Masera destaca el clima fresco, pero también que “El Peral es un pulmón verde con mucha vida, energía y buena amplitud térmica. Esto se nota en una menor degradación de la acidez que se aprecia en vinos muy frescos y perfumados con textura y largo de boca muy interesante”.
Como se dijo, Semillón es una cepa emblema de la IG El Peral y por eso vale distinguir algunos vinos especiales: Credo, de Escala Humana; el que Sebastián Zuccardi elabora para su línea Polígonos del Valle de Uco y Balsa de Piedra, de Michelini I Mufatto, entre las más logradas.
Otras variedades blancas también tienen protagonismo: el Chardonnay de Las Estelas, el Blend de Blancas de El Equilibrista -creado por Juan Ubaldini- o algunos interesantes Sauvignon Blanc como Piedra Líquida, de Giuseppe Franceschini y Montesco Silvestre, de Matías Michelini.
Las innovaciones en la IG El Peral
Además de las cepas históricas, las plantaciones más recientes aportan un gran valor a la zona. Muchas de ellas se enfocan hoy en la producción de uvas para base de espumosos, como sucede en las fincas Caicayen (1250 msnm) y Cepas del Plata (1550 msnm), de Bodega Chandon, donde cultivan principalmente Pinot Noir y Chardonnay.
“Si bien tenemos una gran superficie cultivada en El Peral y esto nos da diferentes expresiones de acuerdo al lugar, destacamos la elegancia, la finura y la tensión (acidez natural) bien integrada de los vinos base. En Chardonnay contamos con perfil frutal y mineral y en Pinot Noir hay una estructura frutal muy buena, lo que nos permite lograr vinos complejos, con texturas y capas como son los Baron B o los Chandon Blanc de Blanc y Blanc de Noir”, comenta Diego Ribbert, Director de Enología de Chandon Argentina.
Así, la nueva IG El Peral permite poner en valor a las uvas y los vinos de esta zona otorgándoles la posibilidad de ser reconocidos por su procedencia, tal como sucede ya con otras zonas como Las Compuertas, Gualtallary y Los Chacayes. Un logro más para la identificación y protección de los terruños más relevantes para el vino argentino.
