Se puede viajar para ver una catedral, conocer una playa o hundirse en un bosque a orillas de un lago quieto como el cielo. O bien, se puede cruzar el mundo en busca de una botella de vino, un sabor desconocido o simplemente para repetirlo. Un viaje no invalida al otro. Pero si tus motivaciones están entre estas últimas, poné en tu agenda a la Argentina: además de Torrontés y Malbec, de los muchos blend o espumosos, lo mejor que te puede pasar es que te sientes a comer algún bocado de los que siguen.