La enseñanza más valiosa que me están dejando los primeros pasos en el mundo del vino es mi nuevo mantra: hay que dejarse guiar. ¿A quién le sobran ganas, tiempo y dinero para comprar mal?
Les spoileo el happy ending, o happy starting, porque esto recién empieza: en el chico que atiende la vinoteca encontré una entrada de Wikipedia que respira, sacacorchos en mano.
Wines clubs y demás tips para elegir un vino
Desde mi éxito con el regalo de Hayley (ah, sigo muy orgullosa), todos los días he dado algún pequeño pero decidido paso rumbo a convertirme en una expertita en vinos.
Empecé con lo que tenía a mano: un poco de Google, un poco de Instagram, un poco de preguntar entre amigos qué vinos probaron y cuáles les encantaron. I´ll be there for you, ´cuz you´re there for me too. Me dieron buen feedback y tips para elegir un vino.
Esta semana decidí estrenar la membresía y me enganché explorando los wine clubs de Club Social. Pero el upgrade, definitivamente, se lo debo a Alex, el chico que todas las tardes atiende en Stranger Wines, una vinoteca muy cool de Williamsburg.
Consejos paso a paso
El chico de la vinoteca no solo sabe de vinos: también entiende que en el gigante universo de bebedores hay diferentes motivos, niveles de experiencia, bolsillos, tipos de dieta, gustos e inquietudes. Así que mi wine guru no solo me orienta para construir mi propio paladar, sino también para elegir, cada vez con más confianza, el vino perfecto para cada ocasión.
Como la felicidad es mayor si se comparte, armé una pequeña guía de tips para elegir un vino:
- Principiantes, de menos a más. Si estás empezando de cero, lo mejor es apuntar a los vinos más simples para armar y cuidar el paladar. Es que si pretendés tomar el mejor vino del planeta el primer día, lo único que vas a lograr es llenarte de un montón de información sensorial que todavía no tenés las herramientas para procesar. El balance del primer approach va a resultar muy lejano a las expectativas de la bebida sofisticada, suave y elegante que te trajeron hasta acá.
Lo mejor es arrancar explorando tintos y blancos. Todavía no te distraigas con cepas. La búsqueda va por el lado de los vinos jóvenes, ligeros, frutados -y hasta más baratos-, para tantear dos o tres. Entre los blancos, algún Sauvignon Blanc, intenso en aromas, expresivo, que explote en nariz y boca. En el caso de los tintos, un Malbec joven es súper amigable para un paladar inexperto, pero también podría ser un Bonarda o un Pinot Noir, que son frescos y suaves.
- Juegan todos tus gustos. ¿Qué otras bebidas te gustan? ¿Venís de la cerveza, el whisky, los cócteles? Si tu trago es el Negroni, probablemente te cope un Cabernet Sauvignon intenso, pero si sos más onda Daikiri, podés empezar por un blanco frutado para tomarlo bien frío. Si llegás a la vinoteca toda glamorosa, seguramente te sugieran probar un espumoso o algún rosado, pero si caés en zapas van a proponerte algo del mundo de los orgánicos y naturales.
Que tus planes siempre tengan que ver con pasar mucho tiempo en la naturaleza te va a llevar a elegir algo con tapa a rosca, para que un posible olvido del sacacorchos no se convierta en una tragedia. - Dejate guiar por la excusa. ¿Qué estás buscando? ¿Probaste un vino que te encantó y querés algo parecido? ¿Vas a hacer un regalo? ¿Tenés una fiesta o es para una cena romántica? Y de presupuesto, ¿cómo estás? La razón que te llevó a comprar ese vino actúa como disparador clave que tu vendedor va a saber aprovechar para orientarte.
Para llevar a una fiesta con muchos amigos, lo más acertado sería optar por un vino tranqui, que te permita comprar dos o tres botellas sin gastar una fortuna. Podés ir por los de precio medio o bajo de productores muy reconocidos, para asegurarte calidad y suficientes brindis. Podés buscar que tengan un poquito de dulzor para que resulten amigables a paladares nuevos.
Ya empecé a jugar con estos tres tips para elegir un vino. Cada vez que paso por la vinoteca o scrolleo alguna tienda online, hago el ejercicio de pensar qué vino elegiría con esta data, o vuelvo a consultarle a Alex a partir de sus inputs. No es que quiera agrandarme, pero siento que está un poco orgulloso de mis últimos avances. El fin de semana me felicitó cuando de una le pedí asistencia para elegir un tinto para matchear con una tableta de chocolate ecuatoriano al 70% de pureza que tenía guardada. También llevé decidida la excusa: sería una date conmigo misma para celebrar los nuevos comienzos, las nuevas pasiones y las nuevas ganas de seguir aprendiendo.
¿Qué vinos me recomendó? Raro para mí: Malbec argentinos con cuerpo, maduros y con potencia, dijo, que así el cacao quedaba compensado. Propuso una selección de vinos de una región que en mi vida escuché, Luján de Cuyo. Y armó sobre la mesada una fila con cuatro etiquetas: Biolento Malbec (me gustó por la hormiga grande dibujada, tanto como el pájaro de Cuartel 2, de Marchiori & Barraud), mientras que Casarena Jamilla’s Vineyard y Sin Fin Guarda me llamaron la atención por la sobriedad. No les diré cuál compré para que lo intenten descubrir ustedes, pero anduvo de maravilla con el chocolate.
Tengo un montón de lecciones para poner en práctica, que todavía estoy procesando, y muy pronto voy a compartir. ¿Alguien por ahí probó un nuevo vino en estos días, o tiene tips para elegir un vino? ¿Qué van a auto-celebrar hoy y con qué en la copa?