El mundo del Malbec es amplio y diverso, y no hay secretos hoy en que es la uva que distingue a la Argentina en el mundo del vino. Sin embargo, algunos de sus aspectos son menos conocidos, como el origen, los padres genéticos y hasta la cantidad de hectáreas que lo convirtieron a mediados del siglo XX en el favorito de los productores.
Martín Bruno, Mejor Sommelier de Argentina en 2017 y uno de los 15 más destacados del mundo en el Concurso de la Association de la Sommellerie Internationale 2019, descorcha el mundo del Malbec y pasa revista a algunos de sus detalles más interesantes. Pasen y beban.
Fronteras del mundo del Malbec: Malbec-Babel
Conocido originalmente como Cot, el Malbec tiene más de 20 sinónimos entre los cuales Auxerrois es uno de los más difundidos, sobre todo en Francia. En Argentina, en cambio, el genérico de uva francesa antecede al Malbeck usado en los 70’s y al más simple Malbec de hoy.
Su origen geográfico, probablemente (aunque hay otras versiones y teorías), sea la antigua provincia francesa de Quercy, hoy departamento de Lot y parte del Tarn-et-Garonne, cerca de la famosa ciudad de Toulouse.
Genéticamente, es un cruce entre dos variedades muy antiguas: Prunelard y Magdeleine Noire des Charentes, también cepa madre del Merlot. A su vez, el Malbec es antecedente genético de variedades como Caladoc (cruce con Garnacha) y Jurançon Noir (cruce natural con Folle Blanche).
De acuerdo a Wine Grapes, el libro editado por Jancis Robinson, Julia Harding y José Vouillamoz, el primer registro escrito de la variedad data de 1761 bajo el nombre de Noir de Pressac en Pomerol (Bordeaux).
De Leonor de Aquitania a la filoxera
De Francia, donde su origen es Cahors, se hace popular en Inglaterra a partir del matrimonio de Leonor de Aquitania con Enrique II de Inglaterra (ca. 1150 D.C.). En aquella época se lo conocía como el Vino Negro de Cahors por su gran intensidad de color.
Fue muy plantada en Burdeos, y hay relatos que sugieren que antes de la plaga de la filoxera de 1877 el Malbec cubría hasta el 60% del viñedo de importantes productores como Chateau Cheval Blanc.
Guerras, filoxera y una gran helada en 1956 destruyeron la mayor parte del Malbec plantado en Francia.
Actualmente en Cahors cubre apenas 3400 hectáreas mientras que en Bordeaux sigue presente, en muy poca proporción, en algunos viñedos emblemáticos como el de Chateau Lafite Rothschild.
Malbec de Argentina
Al país llegó de la mano de Michel Aimé Pouget, un especialista en viticultura francés que arribó a Mendoza para dirigir la Quinta Normal. Esta escuela de agricultura fue establecida el 17 de abril de 1853 y, entre sus muchas tareas, la adaptación de variedades francesas al suelo mendocino fue prioritaria. Por esto, cada 17 de abril se celebra el Día Mundial del Malbec.
Conocida durante años como “Uva Francesa” por los viticultores argentinos, de acuerdo al primer censo del Instituto Nacional de Vitivinicultura en 1968 ya cubría poco más de 47.000 hectáreas.
Sin embargo, entre los años 1972 y 1995 el 80% de estás hectáreas se reemplazó por cepas de mejor rendimiento para la elaboración de vinos de mesa.
Para el año 1995 apenas 9.000 hectáreas seguían en pie, situación que se revirtió a partir de la reconversión vitivinícola que impulsó el país durante la última década del siglo XX.
Actualmente, Argentina posee 43.000 hectáreas de Malbec y el 85% –36.586 hectáreas– se encuentran en Mendoza.
Todos los estilos, un varietal
Argentina creó una gran diversidad de estilos de vinos a partir del Malbec: espumosos, blancos, rosados, fortificados, secos, dulces de cosecha tardía, passitos y hasta grappas y vodkas.
En general, los vinos de Malbec se caracterizan por su color violáceo intenso, de gran profundidad, aromas frutados que recuerdan a ciruelas, moras y violetas y buena estructura, acidez equilibrada y taninos suaves.
Pero esta es una simplificación muy grande, ya que podemos encontrar Malbec en prácticamente todos los terruños de Argentina: desde Río Negro en la Patagonia hasta Jujuy, donde los viñedos trepan hasta los 3.000 metros de altura.
Así, podemos encontrar ejemplos más austeros (menos frutados) en regiones de climas más frescos, como la Patagonia o algunas zonas del Valle de Uco (Gualtallary, San Pablo, El Cepillo) y expresiones más intensas (niveles de alcohol más altos, mayor concentración, aromas y sabores más maduros y especiados) en climas más cálidos, como San Juan, La Rioja y Salta.
Sin embargo, la región histórica para el Malbec es conocida como Primera Zona de Mendoza y está conformada por Luján de Cuyo y Maipú. Entre sus sub regiones emblemáticas se destacan Vistalba, Las Compuertas, Perdriel, Agrelo, Lunlunta y Barrancas, todas de tradición e importancia.
Trabajar estas expresiones es hoy el desafío que anima a los enólogos. Y es también la llama que motiva el espíritu de los consumidores por descubrir el inagotable mundo del Malbec.
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Fotografía: Rutini Wines