Andrea Ferreyra: “Cuando salimos al mundo ya no somos más Argentina y Malbec: somos mucho más que eso”

Andrea Ferreyra

Andrea Ferreyra es la primera enóloga de La Celia, una bodega que tiene reconocimiento internacional por la calidad de sus vinos. Creada en 1890, lleva ese nombre en homenaje a la hija de su fundador, Eugenio Bustos. Pionero del Malbec, cuenta la historia que Bustos cambió a su mejor caballo por plantas de Malbec oriundas de Francia. Visionario, se convirtió en el dueño de las primeras plantaciones de Malbec del Valle de Uco.

Andrea Ferreyra tiene una enorme experiencia en su haber: más de 18 años de trabajo y una visión completa y sofisticada de la industria, que no deja afuera ninguno de sus eslabones. Tras una vendimia compleja que, sin embargo, dejó uvas de gran calidad, Andrea Ferreyra reflexiona sobre el trabajo en La Celia, el rol de las mujeres en la industria y la importancia de las nuevas indicaciones geográficas.

Entrevista a Andrea Ferreyra 

Andrea Ferreyra

¿Cuáles son las oportunidades que hoy tiene el vino argentino en el mundo?

De a poco se va haciendo un estudio regional diferenciado, y se empiezan a explorar lugares en los que 20 años atrás nunca nos hubiésemos imaginado hacer vinos, como la zona atlántica, o proyectos como Otronia, en Patagonia extrema, o El Hoyo, en El Bolsón. Entonces cuando salimos al mundo ya no somos más “Argentina y Malbec”: somos mucho más que eso. Desde ahí creo que Argentina tiene una oportunidad de venderse y de mostrarse.

Tenemos una identidad que es el Malbec y nos posibilitó posicionarnos en el mercado, pero tenemos que mostrar otras cosas. Si bien cuantitativamente esas nuevas regiones no van mover la aguja del volumen de vinos ni del grueso de las exportaciones, le dan identidad a los lugares, a los que producen. Cuando vine a trabajar a esta zona había 9.000 hectáreas en todo el Valle. Y ahora hay casi 25.000, 26.000. Es una tremenda oportunidad. 

¿Y cuáles son los desafíos actuales?

Mantener lo que se ha logrado y construido como país vitivinícola y tratar de conservar la calidad, el nivel de ventas. Más allá de la industria, se genera mucha mano de obra, directa o indirectamente. Este año y el que viene van a ser años para estar expectantes, tratar de surfear la ola y que pase la tormenta, para luego salir a respirar.  

¿Cuál es la estrategia, desde La Celia, para que los vinos argentinos sigan creciendo en el mundo?

Nuestro portafolio se maneja con sus propias uvas y hace que los costos estén, por lo menos, por debajo de los del mercado. Tener las fincas propias ha sido una muy buena estrategia. Otra es mantener la consistencia cualitativa. Los vinos de muy alta gama siempre van a responder a las características del año y ciertas cuestiones diferenciales. Eso también forma parte de una estrategia para permanecer. 

En cuanto a los terroir Paraje Altamira y La Consulta, donde La Celia tiene viñedos, ¿cuáles son sus características más notables?

Altamira es un lugar que marca mucho a los vinos. Yo rescato ese refinamiento que entrega Altamira. Son vinos tan elegantes, tan distintivos, que no necesitan maquillaje. Es una zona muy transparente y cada vez me sorprende más. Tiene la virtud de que con el tiempo cada vez se pone mejor. 

Los vinos de La Consulta atesoran mucha historia dentro del Valle. A mi entender, evidencian un desarrollo aromático que va por el lado de los florales y herbales, vinos con más cuerpo y densidad y también con longitud. La fuerza tánica se manifiesta y los taninos son del tipo reactivos. Algunas añadas nos dan vinos con aromas de montaña, muy herbales, en especial aquellas que son más frescas. 

Andrea Ferreyra

Asistimos a la ampliación del mapa de Indicaciones Geográficas. ¿Cuáles creés que son las ventajas para el vino argentino en el mundo?

El aporte cultural. Esa amplitud hace que podamos tener mejores opciones. Como consumidora me interesa probar vinos de distintos lugares para poder tener criterio a la hora de elegir. La diferencia es si estoy viendo al vino desde el punto de vista del lugar y no desde el punto de vista de la variedad. Eso es lo bueno de ir por las regiones y no por la cepa. Para las consumidoras y los consumidores entusiastas, a quienes les gusta estudiar el vino, le agrega valor y hace que las enólogas y los enólogos nos esmeremos cada vez más. Los consumidores y las consumidoras están cada vez están más exigentes. 

Andrea Ferreyra

Viniendo de un entorno donde el rol profesional y laboral de la mujer siempre fue fuerte y considerando que las mujeres están ocupando más roles en diferentes campos, ¿cómo lo ves en la industria del vino?
Yo creo que el trabajo de la mujer siempre estuvo, el tema es que no tenía la visibilidad que tiene ahora. Así y todo, se ha dado un salto extraordinario, pero todavía estamos muy atrás. Aplaudo la evolución, pero creo que nos falta. Y sobre todo, que se genere la igualdad de oportunidades. En 2021 participé en un programa interno de mentoría, “Juntas somos más”, y tuve el honor de ser mentora de una compañera de VSPT Wine en Chile.

Durante tres meses abordamos temas para potenciar el desarrollo y liderazgo. Fue muy enriquecedor para ambas, lo disfruté muchísimo, es una excelente iniciativa donde las mujeres inspiramos a otras. En La Celia también participamos este año del programa interno de mentorías y guiadas, que da muy buenos resultados.

Hay asociaciones en el mundo del vino, en mi caso estoy en el CMPV (Club de las Mujeres Profesionales del Vino), en la que nos ayudamos en temas laborales. Somos casi 120 mujeres enólogas, agrónomas, sommeliers y muchas de ellas lideran proyectos con gran reconocimiento. Con el paso del tiempo las mujeres venimos construyendo nuestro espacio y cada vez somos más las que, gracias al esfuerzo y mérito, lideramos equipos de trabajo.

Andrea Ferreyra

La Celia es pionera del Malbec en Valle de Uco. Con un siglo de historia ¿qué posibilidades les ofrece hoy el Malbec?

El poder ir por la definición del lugar. La forma de hacer vino de hace cien años no es la misma de ahora. Nosotros podemos comunicar la cepa desde el punto de vista del lugar y desde el punto de vista de las ventanas de madurez. Yo lo comunico cuando tengo las degustaciones de los vinos: “a este vino lo sacamos de este sector de la finca, a éste de otra; acá hay más piedras, acá hay menos; acá cosechamos fresco, acá maduro, acá floral”. Eso es más lindo que decir “Malbec Valle de Uco”. 

¿Cuáles son tus objetivos para este 2023 en La Celia?

Esta cosecha fue muy difícil, con poca uva, pero ha dado muy buena calidad. Que sea super positiva la evaluación de la cosecha 2023 es un gran avance. Me puso muy feliz tener esa consistencia. Mi meta es poder mantenerla y que todos los productos que lancemos este año como novedad sean incorporados al mercado. No es un año para innovar, para crear: es un año conservador.  

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