San Juan: del vino a granel a las etiquetas premium

San Juan

San Juan es un territorio dominado por montañas. Se trata de una provincia al pie de los Andes, que inició su tradición vitivinícola en el siglo XVII y que hoy es la segunda provincia más importante en superficie y producción de la Argentina. Con una serie de valles donde se ubican sus 25 Indicaciones Geográficas (I.G), San Juan empieza a destacar gracias a su diversidad, combinada con su historia.

Si bien la industria vitivinícola fue impulsada principalmente por la demanda de vinos de mesa y mosto concentrado, hoy la provincia está mostrando un cambio significativo en su enfoque. “Podemos encontrar desde vinos jóvenes, frutados, sin tanta complejidad, pensados para un consumo anual, provenientes de los valles de menor altura, hasta vinos con gran complejidad, textura y elegancia, provenientes de las zonas más elevadas como Valle de Pedernal y Calingasta” asegura Paula González, enóloga de Pyros Wines.

Además de las uvas tradicionales, hay un esfuerzo por experimentar con variedades menos conocidas y estilos de vinificación innovadores. “Los vinos de San Juan están ganando reconocimiento en mercados internacionales, con el enfoque en promover sus características únicas, en comparación con otras regiones argentinas.” agrega Juan de Dios Giacalone, responsable comercial de Bodega Xumek ubicada en Valle del Zonda.

Valle del Pedernal, el mar en altura

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El Valle de Pedernal es I.G. desde 2007 y está ubicado en la parte suroeste del territorio provincial, a 90 km de la ciudad de San Juan.  “Pedernal es el único terroir calcáreo oceánico de Argentina y uno de los pocos que existen en el mundo junto a La Borgoña en Francia y a la Toscana en Italia. Nuestro suelo es arcilla calcárea de origen oceánico, única en Argentina, lo que imprime a nuestros vinos Malbec, Pinot Noir y Chardonnay un carácter de clase mundial”, asegura Martín Azcona, enólogo de Bodega Familia Azcona, pioneros en el valle.

Suelos de origen marino compuesto de calizas, dolomitas y pedernal negro formados hace más de 485 millones de años son el corazón de esta zona en San Juan, que hoy crece con alcance internacional.

Valle de Calingasta, lo tradicional y lo moderno

Con 100 km de extensión, este valle, ubicado entre la Cordillera de los Andes y la precordillera, se caracteriza por sus viñedos de uvas criollas. Al moscatel blanco, el torrontés sanjuanino y la listán prieto hoy se suman el malbec y el cabernet sauvignon, en alturas que van desde los 1300 a los 1750 m.s.n.m.

“Creo que hoy el consumidor está más atento a unidades de paisaje más específicas, a pensar en valles, en parajes puntuales. Nosotros interactuamos y buscamos entender cada paisaje, cada microcuenca de los tres ríos que surcan nuestro departamento. Las condiciones ambientales hacen que las uvas encuentren un lugar óptimo de producción y los vinos reflejen caracteres singulares. A esto se suma la enorme potencialidad de que conviven una viticultura patrimonial, hermosos parrales centenarios con variedades criollas autóctonas y viñedos modernos de vides internacionales”, señala Simon Tonello, agrónomo y propietario de 35.cinco Vinos de Montaña.

Las bodegas en San Juan están invirtiendo en tecnologías modernas de vinificación y prácticas sostenibles, lo que mejora la calidad y eficiencia de la producción de vino. “Se está invirtiendo en sistemas de riego, mejorando el uso del agua y la sostenibilidad en el tiempo.  Y se están plantando nuevas variedades, adaptándose a las necesidades del mercado”, comenta Silvina Montalvo, propietaria de Sorocayo, bodega ubicada en el Paraje Sorocayense en Calingasta.

Valle del Zonda, lo nuevo

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La más reciente de las Indicaciones Geográficas es de 2024 y se trata de La Ciénaga, en el Valle del Zonda. “Hemos trabajado haciendo calicatas, estudiando los suelos, viendo el potencial calcáreo que tiene el terroir y la gran amplitud térmica. Esto llevó a plantar 50 hectáreas primero, a una altura de 1.470 y luego hasta 1.530 m.s.n.m en una microparcela de características excepcionales”, describe Ezequiel Eskenazi Storey, presidente de Bodega Xumek, impulsora de esta nueva I.G.

En esta zona, las aguas de deshielo surgen de una vertiente y son las que irrigan las vides por gravedad. Tras descender desde la cordillera de Los Andes por vías subterráneas, llegan a la Precordillera y chocan con una falla geológica que las empuja hacia la superficie, formando una ciénaga de 20 hectáreas. En este viñedo extremo, las temperaturas promedio son mucho más bajas que en el inicio del Valle. La gran amplitud térmica y el viento fresco del sur generan un microclima especial que otorga a las uvas gran concentración, aromas salvajes y gran acidez natural.

El futuro

“San Juan está adoptando tecnologías avanzadas en viticultura, con un marcado enfoque en la sostenibilidad y el crecimiento del enoturismo. Además, a medida que la calidad de los vinos mejora y las bodegas sanjuaninas continúan participando en concursos y obteniendo premios, la reputación de la provincia como productora de vinos de alta calidad se está consolidando de manera sostenida” asegura Giacalone.

Al hablar del futuro, Azcona concluye: “San Juan hoy transita un camino de redescubrimiento en el mundo del vino, liderado por jóvenes hacedores y nuevos proyectos que generan gran entusiasmo y expectativa en los enófilos.  Los vinos sanjuaninos están unidos por un hilo común que es el de la alta calidad y la innovación”.

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