Con apenas 34 años, el pasado 31 de octubre Martín Bruno se consagró como el mejor sommelier de Argentina en el séptimo concurso organizado por la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS). La suya es una carrera ejemplar de lo que es hoy la profesión en nuestro país.
Bruno es uno de los sommeliers más prolíferos de estas latitudes. Brand Ambassador de Pernod Ricard Argentina a la fecha, su trayectoria profesional comenzó en diferentes barras porteñas cuando era un adolescente. Bartender de formación, conoció los secretos de la coctelería y los spirits de primera mano, hasta que en 2005 decidió emprender un viaje a Nueva Zelanda, donde descubriría que su lugar era el salón de un restaurante.
A su regreso, cursó la carrera de sommelier en el Centro Argentino de Vinos y Espirituosas (CAVE) mientras trabajaba junto al chef Hernán Gipponi y el sommelier Andrés Rosberg, hoy presidente de la Asociación Internacional de Sommeliers (ASI). Era 2007 y la carta por el vino estaba jugada.
Más tarde, en 2013, volvió a empacar para realizar una temporada en el restaurante de Michel Bras, en Laguiole, Francia. Fueron seis meses de formación, visitando productores y gastando suelas en el salón del prestigioso establecimiento.
Cuando retornó, armó la carta de Florería Atlántico, bar de Buenos Aires ubicado en el puesto 23 del The World’s 50 Best Bars, y condujo las copas hasta que llegó su gran momento: el reconocido chef Germán Martitegui lo convocó para asumir el rol de sommelier ejecutivo en Tegui, considerado el mejor restaurante de Argentina por la guía San Pellegrino.
De ahí en adelante, el camino de Martín Bruno fue la excelencia y el esfuerzo. Concursó cuatro veces para el mejor sommelier de Argentina: consiguió el segundo puesto en 2014, ubicación que le permitió representar al país en el concurso de las Américas de 2015 y en el Mundial de 2017 junto a Paz Levinson. Ahora, es el nuevo mejor sommelier de Argentina.
Para conseguirlo, tuvo que sortear varias instancias difíciles. En la gran final del concurso, por ejemplo, entre las pruebas destacaron la cata a ciegas de tres Malbec procedentes de diferentes partes del mundo, o bien el servicio de una botella magnum para una mesa de ocho comensales en que uno de ellos solicitaba además un cóctel, o bien reconocer errores en los detalles de los vinos de una compleja carta.
Por unanimidad del jurado, Martín Bruno fue proclamado el mejor sommelier de Argentina 2017. Y se convirtió así en el primer hombre en alzar el título, ya que las seis ediciones anteriores fueron ganadas por mujeres. Mientras tanto, el segundo puesto fue para Valeria Gamper, y el tercero, para Stefanie Paiva.
Ahora, Martín Bruno y Valeria Gamper serán los encargados de representar al país en el próximo concurso Mejor Sommelier de las Américas, que la Alianza Panamericana de Sommeliers celebrará en Canadá en 2018, certamen que pone en juego una vacante para el próximo Mundial de la ASI, Bélgica 2019.
La sommellerie argentina
Como profesión, la sommellerie es una actividad muy reciente en Argentina. Fue a principios del año 2000 cuando abrió sus puertas la Escuela Argentina de Sommeliers, primera institución encargada de formar profesionales en el arte del servicio de bebidas. Sin embargo, el desarrollo que tuvo la actividad puede llevar a pensar que en el país del Malbec la sommellerie es una profesión mucho más antigua.
En la actualidad, Argentina cuenta con novecientos sommeliers formados en las diferentes instituciones que dictan la carrera, mientras que cada año cientos de candidatos llegan desde distintas provincias y diversos rincones del mundo. Gracias a la excelencia de estas instituciones y a la reputación de los sommeliers locales, Argentina es referente de la sommellerie en América del Sur.
Muchos de estos profesionales recibidos aquí se desempeñan en restaurantes, bodegas, vinotecas y hasta en medios de comunicación, tanto en el país como en otras partes del mundo. Paz Levinson es un buen ejemplo. Ganadora del título nacional en 2010 y 2014, actual mejor sommelier de América y cuarta a nivel mundial, dirige uno de los restaurantes más reputados de París.
Mientras tanto, la Asociación Argentina de Sommeliers en 2016 supo estar en lo más alto de la escena internacional al organizar en Mendoza el último Mundial de la ASI.
Ahora, Martín Bruno es el encargado de representar a la Argentina. Y así como él creció en los últimos años de la mano de una profesión en alza, su vida es también la parábola de los productores locales: con esfuerzo, dedicación y constancia, llegan cada vez más lejos en el arte de hacer y servir botellas.
Imagen: Asociación Argentina de Sommeliers
