Pequeños productores de vino salteño, grandes descubrimientos 

Pequeños productores de vino salteño

¡Hola, winelovers! ¿Cómo están? Yo sigo aprendiendo. Durante mi recorrido por el Noroeste argentino no solo me enamoré de los Valles Calchaquíes y la Quebrada de Humahuaca: también probé algunas de las mejores empanadas del país, visité bodegas en parajes increíbles y reuní muchos vinos de pequeños productores de vino salteño. 

Después de darme cuenta de que el peso de mis valijas se convertiría en un problema –me compré un poncho y algunas otras artesanías– resolví ir a una degustación a la que me invitaron unos sommeliers daneses que conocí en Cafayate: si no podía sumar otras botellas al equipaje, al menos probaría algunos vinos de pequeños productores de vino salteño. 

Al igual que yo, Helena y Lars están paseando por Argentina para conocer más de sus vinos, así que nos reunimos en Bad Brothers, un winebar cercano a la plaza de Cafayate, donde descorchamos botellas de producciones independientes y proyectos pequeños de la región, obviamente acompañadas por quesos artesanales y empanadas salteñas. 

Pequeños productores de vino salteño

Hoy este tipo de emprendimientos vitivinícolas tienen mucho renombre en los Valles Calchaquíes por el trabajo que realizan en pos de recuperar viñedos de zonas muy curiosas. 

A la degustación se sumó Agustín Lanús, un conocido de los daneses que además es el fundador del winebar y uno de los productores jóvenes más destacados de los Valles Calchaquíes. 

“Aquí hay un patrimonio vitivinícola muy interesante que da vida a vinos de producciones limitadas de enorme calidad. Siempre fue importante el rol de las familias viñateras, que además de vender sus uvas a las bodegas embotellan sus propios vinos. Hoy las generaciones más jóvenes lograron que muchos de estos vinos trasciendan más allá de los valles”, dijo.

¿Cuáles, cuáles?, le pregunté. ¡Anotá!

Pequeños productores de vino salteño: un mundo para disfrutar

Sunal. Empezamos con los vinos del dueño de casa: Sunal es el apellido de Agustín al revés. Lanús elabora vinos con uvas de viñedos inhóspitos y olvidados, como es el caso de su Criolla, que proviene de un cultivo a 2700 metros en Luracatao. Incluso nos convidó un Malbec, Sumak Kawsay, hecho con uvas que recibe de una comunidad aborigen de Amaicha del Valle. 

Charata. Mariana Páez es una enóloga mendocina que llegó a Cafayate para conducir una de las bodegas más grandes de los valles y, como suele suceder, se enamoró de la región y se afincó definitivamente. Hoy elabora sus propios vinos de partidas limitadas con uvas de pequeños viñedos y los embotella bajo la marca Charata (un ave típica). Su Torrontés es uno de los más sabrosos y aromáticos que probé. 

Pequeños productores de vino salteño

Valle Arriba. Yeyé Dávalos está al frente de los vinos de Bodega Tacuil, viñas de las más místicas de los Valles Calchaquíes, y además produce los vinos de Valle Arriba, una colección con uvas de viñedos mínimos y de altura. La elaboración es simple y los vinos muy originales y puros, entre los que se destacan La Matriarca, un Pinot Noir de 2500 metros de altitud, y El Seclanteño, un Tannat que obtiene a 2200 metros.

Mugrón. Estos vinos son elaborados por Francisco Puga, Mariano Quiroga Adamo, Claudio Maza y Rafael Domingo, winemakers muy famosos de los Valles Calchaquíes que, si bien trabajan en diversas bodegas, se unieron en este proyecto

Mugrón es el vástago de la vid que se reproduce al enterrar parte de un sarmiento (rama) de una planta para conservar su genética. Eligieron este nombre porque son forasteros que adoptaron los Valles Calchaquíes como su hogar. 

El primer vino que descorchamos fue un red blend de Malbec, Tannat, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, muy propio de la región, y luego subimos la apuesta con Mugrón Negro, un Malbec de viejas viñas fascinante. 

Tinquiao. Tania Höy es enóloga y pertenece a una familia vinculada desde hace años con la vitivinicultura de altura, especialmente en la elaboración de espumosos. Pero si bien ella es experta en burbujas, también hace muy ricos vinos tranquilos que etiqueta como Tinquiao. De estos, el Cabernet Franc fue el que más nos gustó, junto con el Sauvignon Blanc, súper fragante.

Vallisto. Lavaque es uno de los apellidos de referencia para la historia del vino salteño y Francisco “Pancho” Lavaque es el encargado de mantener vivo el legado familiar desde un proyecto pequeño, pero de culto.

Comenzó hace unos años con la recuperación de viñas viejas de Criolla, Barbera, Tannat y Torrontés. Más tarde se juntó con el winemaker mendocino Matías Michelini y crearon la colección de vinos Inculto, que probamos. 

Es una selección de viñas que descubren entre los valles, como la Criolla de la Quebrada de Hualfin, un paraje de Catamarca a 2000 metros de altura, y El Abrazo, de Cafayate, con una expresión muy refinada.

Pequeños productores de vino salteño

Sierra Lima Alfa. Este es uno de los proyectos más novedosos y nos contaron que el elaborador es Francisco Morelli, miembro de la familia Dávalos. El nombre del proyecto alude al aeropuerto de Salta en la sigla del código aeronáutico, y hoy ofrece corte de blancas, Sauvignon Blanc y Torrontés, y un Malbec de expresión franca y moderna. Para ambos vinos utiliza solo uvas de viñedos ubicados por encima de los 2000 metros de altitud.

¿Anotaste todo? ¡Muy bien! Vas a ver que este listado de pequeños productores de vino salteño será pura ganancia. ¡Hasta el próximo descorche!

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