Mujeres en la industria del vino. Una charla con Estela Perinetti frente a los desafíos 2023

Estela Perinetti

¡Hola winelover! Es tiempo de vendimia y Mendoza es una fiesta. Estamos viviendo a pleno el tiempo de cosecha y la época más agitada y estimulante en las bodegas y los viñedos de este rincón del mundo. 

Es ahora cuando se cosechan los frutos de un año entero de esfuerzo, y por las rutas mendocinas circulan los camiones cargados de uvas que van a convertirse en brindis. Se respira la esperanza, la gratitud y las ilusiones de un nuevo comienzo, que coincide con el final del verano. 

También es la temporada alta de eventos de la industria, y como ya llevo más de un año sumergida en este universo, tuve el privilegio de poder disfrutar de varios. 

En uno de estos encuentros, conocí a Estela Perinetti, una Ingeniera Agrónoma mendocina con una trayectoria en viticultura que es un lujo: fue enóloga principal de Escorihuela Gascón, trabajó en Catena Zapata y años después estuvo a cargo de Luca y La Posta de Laura Catena, por nombrar sólo un par de establecimientos.

Estela Perinetti

También es consultora y desarrolladora vitivinícola, y en 2019 fundó su propia empresa, Las Estelas Wines, con base en una finca familiar de Tupungato. Es una de las brillantes mujeres en la industria del vino. 

Su nombre está asociado a la bebida nacional argentina porque, además de haber forjado semejante carrera, en 2015 convocó, junto a otras colegas, a un grupo de mujeres con puestos de decisión en distintas empresas para visibilizar sus tareas y a la vez generar un ámbito de colaboración permanente.

Así, trabajando con la sommelier María Laura Ortiz, fundó el Club de Mujeres Profesionales del Vino, una asociación sin fines de lucro. La convocatoria comenzó con 15 integrantes y hoy suma 135 miembros de todo el país, más argentinas que viven y trabajan en el exterior. 

Por eso, en el mes en que se celebra el Día Internacional de la Mujer, les comparto los highlights de mi charla con Estela Perinetti. Con ella, los temas de conversación son inagotables y a partir de su experiencia pude confirmar que todo lo que tiene que ver con el vino -desde la producción al consumo-, definitivamente SÍ es cosa de mujeres.

Estela Perinetti: ver para creer

Ese fue el disparador. O, mejor dicho, que el motor para que las mujeres sean vistas en la actividad con todo lo que tienen para dar. “La idea del Club surgió porque muchas mujeres en sus puestos de trabajo no tenían la misma visibilidad -en los medios, por ejemplo- que los hombres, y eso se traducía en menos oportunidades”, cuenta Estela. 

Estela Perinetti

Así, el unirse fue 100% en respuesta a una necesidad endógena. Y si bien reconoce que esta movida aportó su granito de arena para que la situación de las mujeres mejore -es un  hecho que hoy hay más puestos femeninos de alto rango en esta industria-, todavía no hay equiparación.

“De las universidades hoy egresa la misma cantidad de hombres que de mujeres, pero en los cargos de jerarquía sólo representamos entre el 12 y 15%”, puntualizó Estela. Aparecer en la prensa especializada, local e internacional, y darse a conocer en el mundo empresarial fue uno de los aportes más grandes del Club para que las mujeres en la industria del vino cobren ahora una relevancia mayor que hace diez años.

UN PROYECTO EN EXPANSIÓN CONSTANTE

Las primeras actividades del Club fueron una cata técnica con vinos de terroir y una cena. Funcionaron. Después vinieron más catas y más cenas, charlas a cargo de las especialistas del grupo y eventos con prensa. Hoy, ya con página en Facebook y cuenta en Instagram, mantienen la esencia y los objetivos del principio, y uno de los desafíos ha sido adaptar sus encuentros a cada vez más miembros. 

“Si bien las mujeres ganamos espacio, todavía resta mucho por hacer para que haya equidad en el mundo del vino. En ese sentido, Argentina es un país que está unos pasos más adelante y hay que aprovecharlo”, reflexiona Estela Perinetti. La experta alienta a las chicas jóvenes a que se animen a entrar en la actividad, si sienten que es su vocación: “Es un trabajo duro, con mucho riesgo, pero creativo, divertido y con proyección internacional”, invita.

Es cierto, todavía hay mucho por hacer, pero mujeres como Estela y sus colegas del Club inspiran, abren caminos y alzan la voz para que el talento, el esfuerzo y la dedicación femenina tengan cada vez mayor reconocimiento. Seguimos avanzando. ¡Hasta el próximo descorche!

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