Bodegas y educación. Programas que impactan positivamente en jóvenes y mujeres 

bodegas y educación

Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares en Argentina del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la educación secundaria del país alcanza un abandono del 30%. Pero, a partir de la intersección entre bodegas y educación y las alianzas que llevan adelante con distintas instituciones, los productores de vino argentinos encontraron una oportunidad para involucrarse en esta realidad.  

Bodegas y educación: en clave comunitaria

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Un ejemplo de alianzas entre bodegas y educación es el de Bodega Budeguer, de Agrelo, Luján de Cuyo, que también lleva adelante acciones de sustentabilidad en base al Protocolo de Bodegas de Argentina. En colaboración con el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec), aportan becas para que jóvenes completen su educación.  Tras relevar los niveles de estudios, decidieron accionar ofreciendo apoyo a sus colaboradores, sus hijos y personas por fuera de la bodega. Además, ofrecen capacitaciones y trabajan en la reutilización de productos con la escuela de la localidad. 

La suma de bodegas y educación se expresa en la alianza de Fundación Bemberg y el Grupo Peñaflor con la Fundación Pescar. Desde hace tres años llevan, en Gualtallary, un programa que apunta a la construcción de proyectos de vida ligados al estudio y al trabajo para jóvenes del último año de la escuela secundaria Hermenegildo Hidalgo (Centro Pescar) y mujeres mayores de edad sin inserción laboral.

“Todos los participantes del Centro Pescar completaron la escuela secundaria y actualmente se encuentran realizando estudios posteriores y/o trabajando”, dice Silvia Rueda de Uranga, directora General de la Fundación Pescar. En las dos ediciones anteriores, fueron 23 los jóvenes que participaron y terminaron el programa.

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Lautaro (17 años) vivió la experiencia en 2023. “Mientras terminaba el colegio nos brindaron herramientas para el desarrollo de habilidades personales, con conocimientos sobre viticultura y turismo, lo que me permite buscar un trabajo en estas áreas”. Tras completar sus estudios, cursa el ingreso a la universidad. “El mayor cambio fue el desarrollo personal, tener la confianza de mostrarme frente a quien puede llegar a ser un jefe, pedir trabajo, abordar una entrevista laboral o armar un currículum”, afirma. 

Tambien, en alianza con Fondec, Bodega Trivento otorga un sistema de becas que se financia a través de lo recaudado con las ventas del Trivento White Malbec. Jesus Brito, responsable de Almacén Insumos Generales y colaborador de Trivento, es egresado del Programa de Terminalidad Educativa Semipresencial y uno de los ejemplos de cómo la conjunción bodegas y educación pudo mejorar sus perspectivas laborales. “En el transcurso de la cursada surgió la oportunidad de crecer en la empresa, para lo que tenía que tener secundario completo. Si no hubiera finalizado mis estudios no estaría, hoy en día, en este puesto”, recuerda.

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“Tuve una experiencia muy buena con mi hija. Algunas noches me pedía que le leyera un cuento y uno se lo leía, pero algunas veces me trababa o no interpretaba lo que leía. Gracias al programa de terminalidad mejoré mucho mi lectura y estoy súper contento de poder disfrutar de esta experiencia”. 

Para María José Martínez Figueroa, beneficiaria del Programa de becas para hijos e hijas de colaboradores, el acompañamiento se dio en “etapas tan turbulentas como lo son la secundaria y el inicio de la facultad”. “Me abrió las puertas a conocer gente nueva y a experiencias para crecer e instruirme. En 2021 hice un taller sobre orientación vocacional, en el que supe a qué quería dedicarme”, menciona la joven de 20 años.

“Me acercó a la posibilidad de ser cada día un poco más independiente y colaborar en la economía de mi hogar, alivianando gastos a mi madre, que se encargaba sola. Me permitió comenzar a administrar eficientemente el dinero y me educó en torno a la importancia de priorizar los estudios”, destacó.

Un nuevo horizonte para bodegas y educación

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Fundación Pescar, Fundación Bemberg y Grupo Peñaflor, con el Centro Pescar, también trabajan en el programa Mujeres Protagonistas. “La iniciativa se centra en mujeres/madres y jóvenes de Gualtallary en su último año escolar, buscando desarrollar habilidades personales y conocimientos en viticultura y turismo”, define Silvia Rueda de Uranga.

Así, prepara a las mujeres para nuevas oportunidades laborales y continuar sus estudios. Nélida, de 33 años y madre de dos hijos, fue una de las seis mujeres que culminó el programa en 2023. “Aprendí a hacer un curriculum, el trabajo del viñedo o lo que hay que hacer en un hotel, lo que abre nuevas oportunidades laborales. Tuve nuevas oportunidades, pero lo más importante es que pude retomar los estudios”. Ella retomó el primer y el segundo año del nivel secundario, y se ilusiona con egresar en 2025. 

Mujeres Protagonista lleva adelante, mediante dos orientadoras del equipo de Fundación Pescar, un proceso de capacitación en el desarrollo de habilidades blandas. Cuentan con un equipo de profesionales especializados en orientación técnica de viticultura y turismo, realizando prácticas de poda y atada en las bodegas de Grupo Peñaflor y prácticas en el Hotel Chardonnay y el restaurante La Buena Cosecha de Tupungato.

Jennifer, una participante de 30 años, oriunda de El Peral y madre de tres niños, define: “Con el programa pude ganar experiencia, tener más conocimientos de lo que es una bodega, una viña o un restaurante. Esto me va a servir para buscar trabajo, porque en Tupungato, donde vivo, se valora más tener experiencia en esos campos. Es una gran oportunidad”. 

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