Cuatro bodegas argentinas en La Place de Bordeaux, la prestigiosa red mundial de comercio de vinos de lujo.

Argentina en La Place de Bordeaux

Creada en Francia en el siglo XVII y conformada en la actualidad por unos 300 négociants y unos 150 courtiers, La Place de Bordeaux es hoy la red de comerciantes de vino de lujo más antigua del mundo. Claro que los requisitos para ingresar no son pocos: es necesario lograr altos puntajes de la crítica internacional, tener impecable reputación, demostrada consistencia a través de las añadas y una destacable trayectoria. 

Una bodega debe reunir todo eso para obtener un lugar para alguno de sus vinos en La Place (como se la llama en el mundillo especializado) y la buena noticia es que ya son cuatro las bodegas argentinas que tienen presencia en esta prestigiosa red comercial de vinos de alta gama.

Argentina en La Place de Bordeaux

Argentina en La Place de Bordeaux

Como explica Marina Gayán, única Master of Wine argentina y primera de Latinoamérica, “entrar a La Place significa entrar en el circuito de los mejores vinos del mundo, al que llaman el Wall Street del vino fino. Y eso para una bodega significa prestigio y reputación”. 

Gerald Gabillet, enólogo de Cheval des Andes, uno de los vinos argentinos incorporados por La Place, coincide: “Para los vinos argentinos, esta es una vitrina muy buena porque significa que somos parte de ese grupo de grandes vinos del mundo que buscan los coleccionistas y las grandes vinotecas”.

Que esté Argentina en La Place de Bordeaux ha sido posible porque, a partir de 1998, esta red comercial comenzó a incorporar vinos no franceses. Desde entonces, se han sumado reputadas marcas como los californianos Opus One y Joseph Phelps; los chilenos Seña y Don Melchor; Ornellaia y Masseto, de Italia o Vin de Constance, de Sudáfrica, entre otros. En total, son alrededor de 90 las etiquetas no francesas que se comercializan en esta red.

«A lo largo de los años, La Place de Bordeaux se ha convertido en el epicentro de distribución de los mejores vinos del mundo, ya sean de Bordeaux u otras zonas vitivinícolas», comenta Mathieu Chadronnier de la firma CVBG, un operador reconocido. 

“Para los négociants, la posibilidad de incorporar etiquetas de distintos países les permite agrandar sus portfolios y dar respuesta a clientes que hoy piden estos vinos”, agrega Gabillet.

Argentina en La Place de Bordeaux

Una red, no un lugar: cómo entró Argentina en La Place de Bordeaux

¿Cómo funciona esta red de comerciantes de vinos de lujo? Los actores principales son los négociants, comerciantes que tienen acceso exclusivo a la compra en preventa (o en primeur, como se dice en Francia) de los icónicos vinos elaborados en los grandes château bordeleses. Ellos son quienes pagan de antemano los vinos que las bodegas sacarán a la venta casi dos años más tarde, para hacerlos llegar a compradores exclusivos que adquieren cada uno un número pequeño de botellas; los coleccionistas y mercados de lujo de 186 países.

El otro actor es el courtier, una suerte de broker que funciona como intermediario entre las bodegas y los négociants. “El courtier es quien garantiza la transacción, pero su función no se agota allí, ya que también tiene la tarea de monitorear el mercado y ver si se respetan los precios pactados para la venta de los vinos”, explica Gabillet.

Como queda claro, se trata de una red capilar que une puntos muy precisos: coleccionistas, restaurantes, hoteles, vinotecas… Algunos traders mueven volúmenes grandes y otros, cantidades selectas. En todos los casos, los precios de los vinos no bajan de los 100 euros y pueden alcanzar los 1000.

Argentina en La Place de Bordeaux

Bodegas y vinos argentinos a la par de los mejores del mundo

La primera bodega argentina en La Place de Bordeaux fue Cheval des Andes, en 2003, pero luego se retiró para reingresar recientemente. 

Otra pionera fue Catena Zapata: “Cuando entramos a La Place no había otros vinos argentinos, por lo que tuvimos que explicar por qué es tan especial nuestro terroir del Valle de Uco y dar cuenta del añejamiento de un vino argentino. Nos fue bien, al punto que hoy nos piden más vino del que podemos darles”, cuenta Laura Catena, directora de la bodega que hoy vende a través de La Place su Nicolas Catena Zapata y su Adrianna Vineyard Mundus Bacillus Terrae.

Este año se sumaron otras dos bodegas de Mendoza de Argentina en La Place de Bordeaux: Viña Cobos con su Cobos Malbec a 400 dólares la botella (el precio más alto para un vino argentino en esta red) y Zuccardi Valle de Uco con su Finca Canal Uco, a 130 dólares.

“Que los vinos argentinos entren a La Place es muy significativo porque implica que son parte de un circuito de distribución mundial muy tradicional y prestigioso, a través de una cadena que lleva muchísimos años de construcción y que habitualmente tiene foco en vinos de gran renombre, inicialmente franceses, y que hoy está expandiendo su portfolio –comentó Sebastián Zuccardi, enólogo de la bodega familiar–. Es muy importante que la Argentina pueda jugar en todas las categorías y niveles y llegar a competir de igual a igual con vinos de todo el mundo”.

“Trabajar con La Place permite que nuestro vino insignia llegue a un número mucho mayor de consumidores y coleccionistas de vinos finos en todo el mundo -comentó por su parte Paul Hobbs, fundador y enólogo de Viña Cobos-. Creemos que La Place servirá para fortalecer el alcance de nuestros vinos que ya están disponibles en más de 60 países”.

De cara al futuro se espera que otras etiquetas argentinas se sumen a esta red comercial de altísimo nivel, consolidando el prestigio en ascenso de la vitivinicultura argentina en el mundo.

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