Paisajes increíbles, buenos vinos y gastronomía: la riqueza del suelo argentino es vasta. Pocos saben que también es tierra de aceite de oliva argentino de alta gama.
Se estima que hay 86.000 hectáreas con olivares en el territorio argentino, que permiten producir unas 25.000 toneladas de aceite de oliva cada año, según datos de 2019 de la Cámara Olivícola.
En un país cuyas bodegas tradicionalmente producen aceites de oliva, San Juan y Mendoza lideran la producción nacional olivícola, secundadas por La Rioja.
En esta nota te llevamos de viaje para que descubras algunos de los proyectos que se destacan a la vera de las vides y que elevan el prestigio del aceite de oliva argentino en el mundo.
Aceite de oliva argentino de olivos patrimoniales
La Olivícola Laur y Acetaia Millán producen en Maipú aceite y acetos premium, a solo 20 minutos de la ciudad capital. Se trata de aceite de oliva argentino de excelencia, considerado en el tercer lugar entre las 100 mejores del planeta según el AOVE Ranking Mundial.
El establecimiento fue fundado en 1906 y produce anualmente 450.000 botellas de aceite virgen extra. Ambas empresas ofrecen durante todo el año visitas guiadas (en español, inglés y portugués) a la planta y degustaciones clásicas y premium de aceitunas, acetos, delicatessen (pastas de poroto, tomate, aceituna, garbanzo y queso) y aceites, todo, por supuesto, maridado con una copa de vino Laur Malbec Tres Hectáreas, premiado con 90 puntos Parker.
También organizan paseos por su finca de olivares centenarios -entre los que se destaca el “Olivo Patrimonial de Argentina”-, y una recorrida por el museo para aprender cómo se elaboraba el aceite a comienzos del siglo pasado. Las actividades duran una hora cada una y son aranceladas.
Desde Laur trabajan en conjunto con funcionarios, empresarios e instituciones académicas para lograr la primera Denominación de Origen para el aceite de oliva de la provincia. “La tipicidad del aceite de oliva mendocino es, como la del Malbec, indiscutible”, explica Gabriel Guardia, Gerente General de la compañía y enólogo especializado en aceite de oliva.
Bodegas con oro verde
Los aceites de oliva de Bodega Lagarde nacen de los frutos que custodian los centenarios viñedos de la finca, en Luján de Cuyo, Mendoza.
La bodega procesa sus aceitunas a través del Método Toscano, continuo y exclusivamente mecánico, que garantiza la más alta pureza.
Obtiene un blend con las variedades cultivadas en la finca La Jacintana que tiene perfume intenso y un justo equilibrio entre la nota frutada de la aceituna, el tomate y la banana madura. Es ideal para platos con carne blanca, hortalizas, queso dulce y ensaladas verdes.
Pero además elabora otro varietal que integra la categoría “frutado intenso”, en el que se perciben sabores complejos de hierba y alcachofa con intensas notas picantes y amargas. Resulta perfecto para carnes de caza, cerdo o a la parrilla y pescados de mar.
Catena Zapata, desde Rivadavia, Mendoza, elabora su oliva virgen extra a partir de olivares plantados por Don Domingo Vicente Catena hace más de medio siglo en las mismas tierras donde dispuso sus primeras viñas de Malbec. Estos añosos olivos son cosechados manualmente, cuando la madurez de la fruta es óptima.
De aroma frutado intenso, con dejos a hierbas recién cortadas y manzana verde, tiene un sabor con amargos y picantes en plena armonía.
Las Perdices, en Maipú, Mendoza, es otra de las bodegas que también producen aceite de oliva, con su marca Cortijo El Olivar. Es un blend de tres variedades que comercializa en formato bag in box, de color dorado con reflejos verdes y aromas que recuerdan a hierbas recién cortadas, alcachofa, hojas de tomate y manzana.
En boca presenta un frutado a aceituna medio con notas de otras frutas como manzana, banana y almendra verde. De amargor suave y picante medio, se percibe complejo, elegante y muy armónico.
También en Maipú, donde las características del clima y del suelo (gravoso, limoso y calcáreo) proporcionan condiciones óptimas para la olivicultura, Bodegas López ofrece a partir de olivares de 1932 su aceite virgen extra. Está elaborado con el método clásico de primera presión en frío, que mantiene intactas sus propiedades originales.
Para sentirse en las nubes
Zuelo es la marca de aceite de Familia Zuccardi, que lo elabora a partir de olivares propios ubicados en Maipú. Allí propone a los visitantes aprender, divertirse, disfrutar y compartir las múltiples formas de enamorarse de su aceite de oliva argentino de alta calidad.
Ofrece recorridos por la almazara, clases de cocina para niños y paseos en bicicleta por los olivares, que se completan con una comida en el restaurante Pan y Oliva.
Es en otoño cuando es posible cosechar las aceitunas, conocer el proceso en primera persona y elaborar un aceite propio.
Coupage de lujo
Yancanelo se encuentra en San Rafael, en el sur de Mendoza, y recibe más de 80.000 visitantes al año. El aceite, que la empresa comercializa en la tradicional lata redonda y en botella de vidrio, se obtiene de frutos sanos con maduración media. Es un coupage (mezcla de variedades realizada tras la obtención del aceite), que involucra al menos 6 variedades distintas de aceitunas.
Presenta notas a hierba fresca de mediana intensidad, con leve sabor amargo y destellos a frutas secas como almendra y nuez, más una sutil característica picante.
En sus instalaciones se puede visitar el Museo del Olivo, donde se pueden apreciar las maquinarias antiguas que se usaban hace casi un siglo y recorrer los añejos olivares en forma gratuita, con guías durante una hora.
Calidad centenaria
La Olivícola Pasrai, en Maipú, abre las puertas del sabor y deja ver, sin costo, un molino de piedra de más de 100 años en el que la quinta generación de la familia todavía elabora su aceite.
Tras un recorrido por las maquinarias y un tour fotográfico e histórico se degustan los aceites, pastas y frutos secos, a los que se suman productos de spa creados a partir del aceite.
Más productores en San Juan y La Rioja
Bodega Putruele, en San Juan, lanzó hace cuatro años su línea de aceites de oliva virgen extra, ODA, elaborado con aceitunas del Valle de Tulum y con una acidez inferior a 0,5%.
“Queríamos un aceite que reflejara las cualidades de aroma, sabor y calidad que puede dar nuestra provincia. Con la misma pasión con que elaboramos nuestros vinos nos abocamos al aceite, dispuestos a aprender y a avanzar”, explicó Carlos Putruele (h), al frente de esta unidad de negocios.En La Rioja, en tanto, resalta la producción de Valle de La Puerta, con olivares de siete variedades que cubren 770 hectáreas. El aire en la región es seco y puro, y el suelo compuesto principalmente de arena no retiene agua, lo que evita el uso de pesticidas y ofrece aceites de excelencia.