Hace más de 30 años Marcelo Miras llegó al Alto Valle de Río Negro, un valle con una amplitud térmica asombrosa y se hizo cargo de la enologia de la bodega Humberto Canale. Marcelo Miras fue una pieza pieza clave del desarrollo del polo de San Patricio del Chañar, Neuquén, durante sus años como enólogo de Bodega del Fin del Mundo, hoy comparte con su familia una finca (un terruño con viñas de 1958) en Mainqué, valle medio rionegrino. Marcelo Miras es, además, Director de Viticultura de Río Negro y una voz más que autorizada para trazar un panorama sobre la región y sus vinos.
Entrevista a Marcelo Miras
¿Marcelo Miras, hacia dónde creés va la vitivinicultura de Río Negro?
Hacia los vinos de alta calidad, sostenido por los antiguos viñedos, algunos de casi 100 años, y los nuevos, ambos plantados con variedades de uvas de calidad reconocida, como Malbec, Merlot, Pinot Negro, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon; Sauvignon Blanc, Semillón, Chardonnay, Riesling y algunas rosadas como Gewürztraminer y Pinot Grigio, entre otras. También observamos que la incorporación de tecnología en el manejo de las viñas y las bodegas, mejoran los procesos productivos.
Es importante el trabajo que venimos realizando las bodegas en materia de enoturismo, brindando servicios de excelencia y con un futuro promisorio; las prácticas vinculadas al cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad, llevando adelante una vitivinicultura agroecológica, orgánica o biodinámica, con el fin de elaborar vinos y espumosos de mejor calidad en nuestra provincia.
¿Cómo era tu mirada del potencial vitivinícola de la región apenas llegaste y cómo se fue transformando?
A principios de los ‘90, la vitivinicultura de la Patagonia se centraba en Río Negro con una gran producción de vinos, en su mayoría “vinos de mesa”. Algunas bodegas -como Humberto Canale- ya habían comenzado un camino hacia vinos varietales de calidad superior a la que el mercado ofrecía. Llegué a esta bodega con el padrinazgo de mi maestro Don Raúl de la Mota. La propuesta fue mejorar lo realizado, con mi compromiso de hacer una mejor enología, por lo tanto una mejor viticultura.
Al tiempo ya se veían los resultados: los vinos habían mejorado en forma considerable. En esta época se incorporó tecnología a la bodega, mejorando los procesos y los conocimientos. En 1999, con la llegada de Hans Vinding Diers, elaboramos algunos vinos de calidad superior.
Mientras tanto, en Patagonia ya habían comenzado algunos otros emprendimientos con Don Bernando Weinert plantando en El Hoyo en Chubut (actualmente Patagonian Wines); Julio Viola y familia con la plantación de viñedos en San Patricio del Chañar (1998), La Pampa a inicios de 2001 y hacia 2003 en la localidad de 25 de Mayo.
En Río Negro, en zonas tradicionales como el Alto Valle, Valle Medio y Valle Inferior, se radicaron bodegas con inversiones extranjeras, acompañando a las locales, recuperando viejos viñedos e implantando nuevos. Todo eso indicaba que se podía hacer una muy buena vitivinicultura en Patagonia. Hoy es una realidad.
¿Cómo ves hoy la imagen de Patagonia y sus vinos en el mercado?
Los vinos de la Patagonia vienen creciendo y posicionándose en el mercado local e internacional. Río Negro lleva adelante una vitivinicultura reconocida por su calidad y se debe al trabajo minucioso y de precisión llevado adelante por pequeños productores. Las bodegas tradicionales se han sumado a este proceso de producir vinos de calidad.
Esta búsqueda de una vitivinicultura de calidad es el patrimonio más importante y de mayor potencial de la provincia de Río Negro
Sos director de viticultura de Río Negro, ¿cuál es tu función?
Acompañar a los productores vitivinícolas de la provincia, en especial a los pequeños productores, a través de políticas llevadas adelante desde el Gobierno provincial, buscando mejorar la calidad de las uvas y los vinos que se producen e interactuando también con las entidades locales, regionales, provinciales y nacionales.
En Río Negro hay viñedos muy longevos que conservan un importante patrimonio vitícola y que muchos se esfuerzan por recuperar. ¿Cuáles son estas cepas y qué valor tienen?
Río Negro, como provincia vitivinícola casi ya centenaria, tiene un patrimonio vitícola muy importante, con cepas de diversos orígenes y calidad enológicas. Son algunos antiguos viñedos con variedades conocidas como Malbec, Merlot, Semillón, Riesling, Cabernet Sauvignon, y otras como los Torrontés, entre ellos el Torrontés Mendocino (conocido en la zona como Loca Blanca) Pedro Ximénez, Laska, Fer, Trousseau o Bastardo, Refosco.
Todas tienen un inmenso valor histórico y enológico. Con la recuperación y la puesta en producción de estos viejos viñedos y la elaboración de vinos, aplicando los conocimientos actuales y la nueva tecnología, dan vinos de calidad excepcional.
¿Que pensás que tiene Río Negro para sorprender a un winelover del mundo?
Diversidad de regiones productoras de vino, desde el mar en el Valle Inferior, pasando por Valle Medio y llegando al Alto Valle del Río Negro. Todas regiones recostadas sobre el río, hasta la zona cordillerana con una incipiente producción de vinos, como El Bolsón en la Comarca Andina.
En cada una de estas zonas podrán llevar adelante diversas actividades turísticas y una experiencia eno-gastronómica excepcional, por la calidad de sus vinos y su variada gastronomía regional.
Hoy la marca Patagonia está en el ojo de la tormenta por la intención de uso de algunas bodegas que no son de la región. ¿Cuál es su posición y cómo protegen esta denominación las bodegas de Patagonia?
La Indicación Geográfica Patagonia es reconocida por la legislación argentina desde el año 2002 y solo puede ser usada por aquellos productores vitivinícolas de las provincias que integran nuestra región. Desde el 2009, la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia, integrada por bodegas y productores de las cuatro provincias vitivinícolas, lleva un trabajo incesante para la promoción de los vinos de la región y sobre todo, la protección sobre el uso de la IG Patagonia/Patagonia Argentina.
Actualmente, desde la Cámara y en conjunto con los gobiernos de las provincias patagónicas y entidades vitivinícolas nacionales, se llevan adelante acciones con el fin de proteger a nivel internacional nuestra IG. Además, se está trabajando sobre la marca Patagonia Argentina para que sea declarada Emblema Nacional.
Desde la Cámara se recomienda que todas las bodegas y productores de Patagonia soliciten al INV y registren la IG Patagonia/Patagonia Argentina para sus viñedos y bodegas, y de esta manera todos los vinos elaborados y embotellados en nuestra región se comercialicen con esta Identificación Geográfica, fortaleciendo así nuestra identidad.
