Pocas bodegas en Argentina tienen el efecto mágico que tiene la marca Rutini Wines para los consumidores: con solo mencionarla para una comida o un encuentro, un signo de admiración aparece en los ojos y bocas de los ocasionales bebedores. Nada de eso es casual.
Establecida por Felipe Rutini en 1885, la bodega marcó el norte con vinos cualitativos desde el primer día. A lo largo de las décadas siguientes, la entonces conocida como bodega La Rural –quedaba muy lejos de la ciudad de Mendoza– cimentó una relación sólida con los consumidores. Un vínculo que ganó profundidad a fines del siglo XX, cuando lanzaron algunos de los vinos que hoy son emblema de la casa actual: Rutini Antología y Single Vineyard.
Rutini Wines, breve historia de calidad
Felipe Rutini era un visionario. Desembarcó en Argentina en 1884 proveniente de Italia, donde se había formado en la escuela de agricultura de Ascoli Piceno. Una vez en Mendoza, adquirió su primera finca en Coquimbito, Maipú, donde comenzaría a elaborar vinos que llegarían a ser legendarios. Está considerado entre los fundadores de la industria del vino en argentina.
Para 1925, la compañía ya marchaba a todo vapor y estaba embarcada en producir vinos de calidad, con tecnología de avanzada para la época, maquinaria que hoy se encuentra en el museo de Bodega La Rural. Ese año adquiriero la primera de las que serían sus fincas de Valle de Uco. Entonces Tupungato era un lugar tan remoto como inaccesible, aunque su cualidad para los vinos era un secreto a voces.
Cuando en la década de 1990 el riego por goteo abrió las puertas de los terruños de altura, Tupungato estaba ya debidamente conectado al resto de la provincia. Con nuevos propietarios alineados con las ideas visionarias de Felipe Rutini, se estableció la nueva y definitiva casa en Gualtallary, Tupungato, donde actualmente está emplazada Rutini Wines.
Laboratorio de vinos
Al frente del equipo enológico de Rutini Wines está Mariano Di Paola, una leyenda de la enología en palabras del crítico británico Tim Atkin. Di Paola es un enólogo que prefiere experimentar a copiar recetas. Por eso la bodega de Valle de Uco no tardó en ser una escuela en materia de ensayos y tecnología.
“En Rutini Wines –dice Di Paola– podemos elaborar con la misma capacidad dos barricas de un vino exclusivo, como hacer miles de botellas de nuestras líneas más vendidas”.
En la sala de fermentación emplean desde una selectora óptica de uvas a los primeros roll fermentors usados en Argentina, además de ensayos de tonelería, tanques y maquinaria de precisión en general. Con todo, el secreto de la casa está en el empleo de la mejor uva disponible en el mercado: cuentan con fincas propias en Valle de Uco, en las indicaciones geográficas de Gualtallary, La Consulta y El Cepillo, y otras tantas que administran con contratos de largo plazo en toda la región.
Con esa plasticidad son sin dudas una bodega versátil. Así, elaboran líneas comerciales -como Rutini Colección, donde exploran todas las variedades importantes que hay en Argentina–, algunas ediciones limitadas y vinos únicos como los de la línea Rutini Apartado, Rutini Single Vineyard y Rutini Antología (esta última compuesta por ediciones únicas).
Para conocer
Rutini Colección es una línea de varietales que explora el Valle de Uco como región. En general emplean uvas de Gualtallary, La Consulta y Paraje Altamira, aunque pueden -en algún caso- llevar alguna otra indicación del Valle de Uco.
“En esta línea queremos destacar el perfil de cada varietal para la región interpretados como vinos de elegancia”, dice Di Paola. De estilo cosmopolita y líneas elegantes, se destacan el Malbec y Cabernet Sauvignon y también el blend de ambas.
Rutini Single Vineyard, en cambio, propone la expresión de cada varietal para un terroir específico. El Rutini Cabernet Franc Single Vineyard Gualtallary 2017 se destacó con medalla de platino en Decanter World Wine Awards 2020 y la edición 2021 se distinguió el Rutini Cabernet Franc Single Vineyard Gualtallary 2018, con medalla de Platino.
La línea se completa también con dos Malbec (Paraje Altamira & Gualtallary), y dos Cabernet Sauvignon (mismos orígenes), además de un Merlot de Paraje Altamira.
Rutini Apartado, por su parte, son vinos de crianza que merecen especial atención y combinan uvas de la región, tanto para el Malbec, el Chardonnay y un Blend.
Rutini Anotlogía, en cambio, son ediciones únicas de sus vinos. Se numeran siguiendo el alfabeto romano –por ejemplo, Rutini Antología L (50)– y sólo se embotellan los años en que la calidad justifica clasificarlo como vino de antología.
Por supuesto, Rutini Wines hoy está enfocada en el mercado de exportación, donde su reputación recién comienza a forjarse. A juzgar por los vinos que venden en el mundo, no faltará mucho tiempo para que la sola mención consiga suspiros de admiración en otras latitudes.