Victoria Brond: “Me pone muy feliz que hayamos logrado allanar un montón el camino para las próximas generaciones de mujeres del vino”

Victoria Brond

Victoria Brond es una destacada enóloga mendocina con una extensa carrera. Hoy brilla al frente de Bodega Alpamanta, una de las referentes del mundo argentino de la biodinámica. Recientemente elegida como enóloga revelación, también es una mujer muy comprometida con los derechos y necesidades de sus colegas.

Desde que se recibió de enóloga, Victoria Brond trabajó en el Instituto Nacional de Vitivinicultura, en Bodega Chandon, Bodega del Fin del Mundo (Neuquén, Patagonia) y Nieto Senetiner elaborando vinos a partir de prácticas convencionales. Hace cuatro años se sumergió en el mundo de la biodinámica, una decisión que no solo cambió su visión de la enología, sino que también le permitió relanzar la imagen de Bodega Alpamanta. 

“Siempre supe que me encantaba el laboratorio, la química y la naturaleza y por eso decidí estudiar enología” recuerda.  

Victoria Brond

Entrevista a Victoria Brond

¿Cuánto cambió la presencia de las mujeres en el ámbito del vino argentino desde tus comienzos?

Mucho. Cuando estudié en la universidad éramos sólo cinco mujeres en un curso de treinta. Claramente, las mujeres no veían oportunidades en este ámbito como consecuencia de su baja presencia en jefaturas enológicas y posiciones gerenciales. Entonces no había muchas mujeres interesadas en estudiar enología. Por esto mismo, las posiciones las ocupaban varones. Esto se fue revirtiendo y un montón de posiciones gerenciales y enológicas fueron cubiertas por mujeres. Sin embargo, quedó instaurado que el enólogo principal o el gerente debía ser un varón. De todos modos no creo que tenga que ver con una cuestión de género, sino con la relación entre la cantidad de varones vs. la cantidad de mujeres después de tantos años. 

Victoria Brond

¿Y cómo te sentís con los cambios?

Costó mucho el cambio de paradigma y quedó instalada la idea que la vitivinicultura es una actividad machista. Hoy sigue costando mucho que el cambio se vea. Por ejemplo, hace poco salió un artículo que decía “los cinco enólogos que cambiaron la historia en los últimos 50 años” y en la foto eran todos varones. Eso era muy significativo. Yo pensé, ¿no hay ninguna mujer que en estos últimos 50 años haya cambiado algo? 

Por suerte, cada vez más mujeres ocupan posiciones importantes en las bodegas, desarrollan nuevos productos y proyectos, pero también lo están haciendo los varones. 

Estamos en una posición de mayor igualdad y me pone muy feliz que hayamos allanado el camino para las mujeres que vienen. Logramos cambiar la historia y es algo muy valioso. Hoy las mujeres logramos buenos puntajes con nuestros vinos, nos reconocen como winemaker revelación, nos ponen al frente de proyectos desde cero mientras que muchos empresarios confían en nosotras para desarrollar proyectos. Tenemos una visibilidad en un lugar de igualdad mucho mejor del que ocupábamos hace 20 años.

¿Cómo pensás que va a continuar?

Va a continuar con una igualdad de cantidad de varones y mujeres mucho más estable. Hoy hay casi la misma cantidad de varones y mujeres en un mismo curso de la universidad y eso va a hacer que haya igual cantidad de posiciones para unas que para otros. Hemos progresado muchísimo pero hay que seguir.

Victoria Brond

Formás parte del Club de Mujeres Profesionales del vino, ¿de qué manera se integran y colaboran entre ustedes?

Formo parte desde el inicio, fui de las primeras integrantes. Somos un grupo solidario de intercambio de información; las profesionales nos apoyamos para el desarrollo, es un ámbito de no competencia y, sin dudas, un espacio muy positivo y necesario para la industria. En estos años hemos realizado seminarios, reuniones con críticos de vinos y es muy bueno porque nos apoyamos y sabemos que no estamos solas. Hemos evolucionado y madurado en conjunto y como grupo.

¿Cómo fue tu transición al mundo biodinámico y orgánico?

Yo había incursionado en el trabajo en el ámbito de las fuerzas en mi vida personal, por cuestiones de salud y familiares y así conocí la posibilidad de las herramientas holísticas. Desde entonces soñaba que podía aplicar el conocimiento que había adquirido a mi trabajo, haciendo vinos, desarrollando proyectos, formando grupos de trabajo. Hoy siento que de tanto desearlo, creé la oportunidad de llegar a Alpamanta. Y porque lo soñaba tanto, lo visualicé y en algún momento se concretó. Cuando llegó la propuesta para sumarme al trabajo en biodinámica, me formé y estudié. En este proceso nada me pareció difícil ni lejano, porque ya lo había comprobado en mi vida. Me resultó sencillo y familiar.

¿Qué fue lo que te sedujo de este mundo y este modo de hacer vino?

El trabajo en agricultura biodinámica es un viaje de ida, porque es la posibilidad de desaprender todo lo que tenemos estructurado en nuestra cabeza como única forma de hacer las cosas. Nos permite entender que para todo siempre existe otra manera. Practicás mucho la observación y con eso, la posibilidad de crear desde otro lugar. Esto fue lo que más me sedujo: la inmensa posibilidad de crear. En el mundo biodinámico todo es posible, no hay protocolos establecidos, todos los procesos creativos en son posibles.

¿Qué sentís que le aportaste a Alpamanta y qué te aportó la bodega a vos?

Junto a Ricardo García (ingeniero agrónomo), participamos del proceso de desarrollo y construcción de la bodega, pero además logramos darle identidad. Pudimos encaminar muchas operaciones y procesos, este es el único camino para lograr que los vinos de Alpamanta tengan un carácter propio y diferencial. Hoy, de principio a fin, todos los vinos tienen un hilo conductor, eso me parece lo más importante que aportamos y fue posible gracias a que nos dieron enormes posibilidades creativas, de desarrollo de conocimiento, de observación, de equivocarnos y de volver a levantarnos un montón de veces.

También sos parte del grupo Vinodinámicos, ¿cómo trabajan y con qué objetivos?

Vinodinámicos es un grupo de amigos y colegas que trabajamos con técnicas orgánicas y biodinámicas y que se reúne y apoya para compartir conocimiento, investigaciones, vinos y experiencias. Es un grupo en donde prima la camaradería y la solidaridad.

Por ejemplo, organizamos el seminario de agricultura biodinámica Argentina-Chile.

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