El mapa del Malbec puede ser fascinante cuando se tiene el GPS correcto. Plantado en toda la Argentina, de norte a sur cambia de sabor según la región. El asunto es conocer cuáles es el perfil de cada una para saber cuál es el que a uno le gusta.
Pero Argentina puede ser engañosa, ante los ojos de un consumidor acostumbrado a mirar el vino con el parámetro de Europa. Es que las regiones cambian menos por latitud que por altitud: con la cordillera de Los Andes como columna vertebral, cada una de las zonas tiene alturas que modifican profundamente la temperatura de una región. Y con ella el sabor del Malbec.
Un ejemplo para que quede claro: en Europa tenés que recorrer 600 kilómetros entre Italia y Francia para conseguir la misma variación de climas que ofrece Mendoza en 60 kilómetros, sólo ascendiendo hacia la cordillera.
No obstante, el sabor del Malbec puede sintetizarse, en términos sencillos, por regiones, siguiendo el mapa de la altura. Tal como describimos a continuación.
Mapa del Malbec : el noroeste argentino
El gusto del Malbec en el Norte, debido a la altura en la que se lo cultiva, es tan singular como fascinante: con gran intensidad, de color violeta opaco, en aromas ofrece un trazo fuerte de especias y de fruta madura, como de mermeladas, mientras que en la boca da mucho cuerpo. Los que son de extrema altura –más de 2200 metros sobre el nivel del mar– ajustan aún más la frescura y adelgazan el paladar.
Los tres grandes terroirs de Mendoza
85 de cada 100 botellas de Malbec son de Mendoza. La provincia es sinónimo de un estilo: los Malbec con ciruela pasas y paladar amplio, golosos como mermeladas, que resultan de combinar todas las regiones. Pero si se ajusta el GPS sobre regiones más pequeñas, pueden aparecer hasta tres estilos claros.
El Malbec de Luján de Cuyo, por ejemplo, en torno a los 900 y 1000 metros de altura, es violáceo, con fruta madura con buen cuerpo, frescura moderada y taninos amplios y mullidos, como si fuera un vino musculoso.
El Valle de Uco tiene viñedos plantados de los 1100 y hasta 1500 metros. El aire fresco de montaña y el sol imprimen un carácter diferente al Malbec: violeta brillante, los aromas recuerdan a frutas frescas, rojas y negras, con una pizca herbal y hasta floral. De cuerpo medio a buen cuerpo, acidez elevada para el promedio local, apenas aprieta en las encías.
El Este, hacia el desierto, funciona igual que la zona central de San Juan. Ahí, entre los 550 y los 800 metros, el calor del verano propone vinos de color rojo de intensidad media, maduros e imponentes en aromas, cuya riqueza alcohólica combinada con frescura moderada los hace sencillos.
San Juan
La segunda provincia en volumen es también un mosaico parecido al de Mendoza. Sólo que con dos terruños bien diferentes: Pedernal, que entre 1200 y 1500 metros sobre el nivel del mar ofrece tintos similares a los de Valle de Uco, anclados en la frescura y la intensidad; y los del llano, conocido como valle de Ullúm, que a 500 metros sobre el nivel del mar funciona como el este, con Malbec de cuerpo e intensidad medias.
Patagonia
En la región hay Malbec, claro, pero es necesario diferenciar. Los de la provincia de Neuquén, con viñedos relativamente nuevos, se parecen a los de Luján de Cuyo, con elevado color, riqueza de aromas maduros y buen cuerpo con frescura moderada. Los de Río Negro, en tanto, son más parecidos a los de Valle d Uco, más violáceos, con fruta roja y negra, además de un trazo herbal cuyo paladar es de cuerpo medio y con frescura y taninos más firmes.
Por supuesto, estos términos gruesos sirven de guía esencial. Si se ajusta aún más la precisión del GPS se puede ser incluso más específico. ¿Un ejemplo? Comparar vinos de Gualtallary y Paraje Altamira, dos reconocidos terroirs de Mendoza, arroja resultados muy diferentes. Pero eso llega cuando estás en nivel Jedi.