Doce definiciones de Malbec y del futuro de la variedad

Doce definiciones de Malbec y del futuro de la variedad

En abril, mes del Malbec, consultamos a los principales enólogos y a algunos bodegueros del país. Fueron dos preguntas muy simples: ¿qué significa el Malbec para cada uno? ¿Qué creen que se puede esperar para el futuro o la región? Estas son las doce prometedoras respuestas que obtuvimos.

Susana Balbo, enóloga, propietaria de Susana Balbo Wines

El Malbec es absolutamente emblemático para Argentina, donde ha encontrado una identidad propia, en nuestros suelos y terroirs, que expresan la enorme diversidad. Va a seguir poniendo a la Argentina en el lugar de los países que pueden seguir innovando, con distintos microclimas y pequeñas zonas. Pienso que el consumidor tiene muchísimo para descubrir en estas tierras de la mano del Malbec.

Roberto de la Mota, enólogo consultor y copropietario de Mendel

Es el vino de Mendoza, es nuestro terruño y es, para mí, los más grandes recuerdos de mi padre. Creo que el Malbec nos representa y representa también nuestra historia vitivinícola, nuestro tesón y nuestro esfuerzo. Pienso que el Malbec tiene muchísimo futuro, porque ahora vienen nuevos desafíos: algunos técnicos, tanto en la selección de poblaciones masales como también en clones para definir tipicidad frutal, volumen y concentración, características distintivas.

Sebastián Zuccardi, agrónomo, segunda generación en Zuccardi Wines

El Malbec es el mejor vehículo para expresar nuestros terruños. Es una adaptación a nuestros climas y suelos, que generaciones de viticultores fueron eligiendo.
El futuro está en el largo plazo, e imagino al Malbec ligado al lugar, este vino de San Pablo o Altamira hecho con Malbec. Creo que el futuro está en salirnos un poco del commodity y llegar al lugar y su interpretación a través de la variedad.

Matías Michelini, enólogo y consultor

El Malbec es nuestra identidad, la variedad por la cual nos reconocen como productores de alta calidad en el mundo. Le debemos mucho, y también hemos trabajado mucho sobre él para que sea esa identidad. El futuro está en la identidad de distintos terruños a través del Malbec. El futuro no está tanto en un estilo determinado de vino, sino más bien en la capacidad que tengamos para demostrar lugares a través del Malbec.

Marcelo Pelleriti, enólogo de Monteviejo y consultor

El Malbec es lo que me hace pertenecer a un lugar y lo que me da fuerzas para seguir luchando para que Argentina sea conocida en el mundo entero. Representa mi vida, cuando salgo a caminar y a mostrar mi Mendoza y mi Argentina al mundo. A futuro, creo que el Malbec tiene chances de ofrecer seriedad con potencial de guarda, que es lo que da prestigio en el mundo del vino. El prestigio vendrá de la mano de la guarda.

Laura Catena, bióloga y segunda generación al frente Bodega Catena

El Malbec representa la historia de mi familia, desde mi abuelo hasta hoy. Pero sobre todo, es una herencia: un vino que fue famoso en el Medioevo y que desapareció de Francia —la Enciclopedia británica, en 1879, decía que era el principal cepaje de Médoc— encontró aquí, en los viticultores de Mendoza, una continuidad. Con respecto a los cien puntos de nuestro Malbec, es algo histórico y que promete un gran futuro. Toda la trayectoria del Malbec, desde su llegada a la Argentina y la selección de familias como la mía, se condensa en esos cien puntos del viñedo Adrianna. Emociona, de verdad.

Daniel Pi, jefe de enología del Grupo Peñaflor

Siempre digo que el Malbec es una bendición que hemos tenido los argentinos. Se adaptó perfectamente a todos los terruños al pie de la cordillera, desde la Patagonia hasta el valle Calchaquí y la quebrada de Humahuaca. Resulta un emblema de nuestra vitivinicultura en todo el mundo. El Malbec no tiene un solo terroir. En La Consulta y los alrededores de Paraje Altamira, así como en Los Árboles, Pedernal y el Valle Calchaquí, la variedad expresa un carácter diferente, con potencial para hacer vinos de altísima calidad, que nos permitan sentirnos orgullosos de lo que hacemos.

Paul Hobbs, enólogo y copropietario en Viña Cobos

El Malbec tiene un carácter algo camaleónico, por lo que revela el terroir extremadamente bien. Esa es una de las razones por las que está considerado una variedad noble. El otro punto fuerte es que puede ser elaborado en muchos estilos: puede hacerse lineal y limpio, o intenso, rico y opulento.
Con respecto al futuro del Malbec, depende mucho del mercado, pero sobre todo de cómo se integren los productores para ofrecer calidad sobresaliente.

Hans Vinding Diers, enólogo y propietario de Noemía

El Malbec permite hacer varios estilos. Personalmente, es la historia de mi vida: sin el Malbec, no existiría Noemía y yo no estaría aquí. Creo que una de las cosas que lo hacen único es que casi todo el Malbec está plantado a pie franco, con lo que el sabor es el propio de la variedad en el lugar. No es así en otras partes del mundo.

Michel Rolland, enólogo consultor y dueño de bodega Michel Rolland

El Malbec es una variedad que usaba mi abuelo en Pomerol y que encontró su verdadero lugar en Argentina. Para mí, ha sido uno de los desafíos más importantes como enólogo. Argentina tiene la suerte de contar con una variedad con alto nivel cualitativo. Hay poco países en el mundo con esta virtud. Puede haber competencia, pero Argentina tiene sin duda el leadership. Seguirá teniéndolo si los productores producen buenos Malbec.

Rafael Domingo, enólogo y copropietario de Domingo Hermanos

El Malbec, para mí, es la adaptación, la capacidad de ofrecer vinos diferentes según dónde uno lo cultive y cómo. En los valles Calchaquíes, tiene la particularidad de demostrar los típicos descriptores, pero a su vez la impronta de la altura, en colores concentrados y aromas muy frescos, que lo hacen inconfundible en una degustación.

Alejandro Pepa, enólogo de El Esteco

Lo primero que te acepta un nuevo importador o un viejo importador es el Malbec, en cualquiera de las gamas. Siempre empezás por el Malbec. Luego, el vino que quieras. En los valles Calchaquíes, tiene los aromas frutales e intensos, con algunas notas de especias aportando complejidad. En boca, es goloso, con potente entrada frutada y buen cuerpo y estructura, aunque según sea la gama puede ser más delicado.

En la visión de estos protagonistas quedan claras un par de cosas. La fundamental, es que en la medida en que el Malbec se adapta bien a la Argentina permite explorar nuevas canteras de sabor para el varietal. Ahí está el futuro.

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