5 argentinos tan elegantes como imperfectos

5 argentinos tan elegantes como imperfectos

A los ojos de un extranjero, la Argentina es un combo inexplicable: primer mundo en investigación y desarrollo de tecnologías tan sofisticadas como la nuclear, junto con una pasión inaudita por el fútbol, alta costura y un vino más famoso que sus viñedos, el Malbec. Ojo, para los argentinos nuestro país es un combo igual de inexplicable. O mejor: con tantas explicaciones como argentinos hay.

Pero bien mirado, el nuestro es un país tan elegante como imperfecto. Como nuestro Malbec. Algunos de los héroes de nuestra corta y apasionada historia dan buena cuenta de ello, con algunos famosos que representan bien este combo, parafraseando al tango, entre falsa escuadra y brillo del centro, entre lo retobado y lo pintón. Estos son 5 de nuestros embajadores, junto con el Malbec.

Lionel Messi. Nació en 1987 en Rosario, una linda ciudad del noreste argentino, y es mundialmente famoso por su brillante carrera en el FC Barcelona, donde lleva convertidos 627 goles. Su juego ingenioso y elegante cuando el equipo lo acompaña, es imperfecto e impreciso cuando no tiene un equipo que le arme el juego. Talentoso entre los talentosos, a una forma bien argentina en nuestro país se discute lo indiscutible: ¿qué le falta al diez para ser perfecto? Elegancia de juego, seguro que no.

Diego Maradona. Una conocida tesis afirma que Maradona es el hombre más famoso de la historia: no hay rincón del mundo en el que su nombre no sea un salvoconducto a la emoción más profunda. La decisión de su gambeta, la determinación de sus piques, convierten al Diego –como se lo conoce en Argentina– en el ejemplo ideal de un dios del futbol. Sin embargo, su vida es el mejor ejemplo de que la perfección está lejos de concurrir con la elegancia. Pero al volver a ver los goles que hizo a lo largo de su agitada carrera es alcanzar el máximo en ambos casos.

Carlos Gardel (1890-1925). Para los argentinos es el cantante emblemático del tango. Como no podía ser de otra manera en este país de singularidades, su biografía tiene tantas luces como sombras. Empezando porque no se sabe a ciencia cierta dónde y cuándo nació, ni si efectivamente murió en el accidente aéreo en Colombia. Su voz tan prístina le ganó el apodo de “Zorzal Criollo”, siendo que tanto Gardel como el pájaro encarnan la elegancia y el refinamiento del canto, no exento de matices imperfectos que lo embellecen. Ícono popular, su figura aún hecha sombra en los barrios porteños.

Martín Fierro. Es un personaje famoso de la literatura argentina. Un gaucho que encierra en su ignorancia de las luces, toda la sabiduría del campo y la experiencia de una vida en andas bajo el cielo y entre fogones. Escrito por José Hernández y publicado en 1872, es una pieza en verso que condensa una elegancia métrica en contraste con la imperfección de la experiencia gauchezca: Fierro sufre traiciones, es un fugitivo de la ley y al mismo tiempo un payador agudo. Ningún otro personaje ha calado tan hondo en la cultura argentina como este gaucho noble y auténtico.

Astor Piazzolla (1921-1992). Quien nunca haya escuchado a Piazzolla tiene por delante horas maravillosas de música. Ante todo bandoneonista, pero sobre todo compositor de ideas innovadoras, Astor Piazzolla logró convertir su música en la banda sonora de una Buenos Aires refinada en las convulsionadas décadas de 1960, 70 y 80. El sonido lastimero y hondamente evocador de su bandoneón en Adiós Nonino, Balada para un Loco y Verano Porteño, alcanzan la suma de la elegancia. Y si bien de Piazzolla se puede decir que la perfección fue la brújula de su búsqueda, es indudable que alcanzó la suma del refinamiento.

Cada uno a su manera, estos cinco héroes condensan el espíritu de un buen Malbec. Nada mejor ahora que buscar los goles, versos o música de ellos, para descorchar una buena botella.

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