En su definición, el Comercio Justo (Fairtrade) es un sistema de comercio internacional basado en la equidad y el respeto que favorece el desarrollo de los pequeños productores/as. Fomenta la gestión responsable de los recursos naturales y facilita un acceso directo al mercado en condiciones equitativas, creando canales de ventas sostenibles, solidarios y de calidad.
También es el nombre de una red de organizaciones del mundo que otorga una certificación que distingue a los productos que se comercializan bajo estas premisas.
Pocos saben que el vino argentino Fairtrade es el principal producto de comercio justo en el país: existen 4000 hectáreas plantadas en Mendoza y La Rioja y varias bodegas y sus vinos – como Argento, Finca la Celia, La Riojana Cooperativa, Montlaiz, Alta Vista, El Esteco y Marañón- ya cuentan con este sello.
Vino argentino Fairtrade, un sello de distinción
“En el mercado local es posible encontrar el vino Finca Monteflores, de Alta Vista, con el sello Fairtrade. Para la exportación se destacan diversas marcas: Artesano, de Argento; Raza Argentina, de La Riojana; y Don David, de El Esteco, entre otras. Además, los vinos argentinos son utilizados para las marcas exclusivas de Fairtrade de supermercados como The Coop, en Reino Unido, que ofrece vinos de La Riojana”, comenta Mariano Salerno, gestor de CLAC/Fairtrade de Argentina y Uruguay (Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños(as) Productores(as) y Trabajadores(as) de Comercio Justo).
“Como trabajadores/as, nos vemos beneficiados por formar parte de una organización que certifica Fairtrade, en especial por la prima generada por la venta de productos que nosotros mismos elaboramos. La prima genera un impacto positivo a nuestro alrededor. Como presidenta de la Asociación Civil de trabajadores y trabajadoras que gestionan el uso de la prima, busco desarrollar proyectos que beneficien a mis compañeras/os y a la comunidad”, suma Andrea Ponce, operaria de la línea de envasado de Bodega Argento.
El mercado externo para el vino argentino Fairtrade
Reino Unido es el principal comprador de vino argentino fairtrade. “Le siguen los países nórdicos -como Suecia y Finlandia- y Canadá y Estados Unidos, que presentan operaciones en menor medida, pero con gran potencial”, comenta Salerno.
Así, por las ventas de vinos de comercio justo se benefician en la actualidad unos 350 productores/as y 1200 trabajadores/as de la viticultura nacional. Anualmente el monto total de las primas recaudadas ronda los 500 mil dólares, dependiendo de las ventas de cada año.
“Por cada venta Fairtrade se paga 0,05 euros por kilo de uva. En las cooperativas, este fondo va para beneficio de las y los socios, que son pequeña/os productores/as y de forma democrática definen su uso. En las empresas, lo deciden las y los trabajadores. En general, ese dinero se invierte en proyectos que benefician a las familias”, dice Salerno.
A futuro
Hacer crecer el concepto Fairtrade en el mercado interno es uno de los desafíos más relevantes. También que más marcas y empresas se sumen. “En el sur del país el tema no se ha desarrollado todavía y en los Valles Calchaquíes y en Cafayate, El Esteco es la única bodega referente. Comunicar el impacto que tiene el comercio justo es muy importante. Por ejemplo, en Tilimuqui, La Rioja, gracias a la prima Fairtrade se construyó un colegio agrotécnico y se espera inaugurar un centro de salud a fin de año”, comenta Salerno.
Dos casos guía
Bárbara Wolff, Gerenta de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad VSPT Wine Group, para su bodega La Celia, comparte su experiencia: “El proceso de certificación Fairtrade nos ha permitido profundizar nuestra vocación organizacional, inspirada en el cuidado y desarrollo de nuestra gente. En términos generales, nos ha facilitado aumentar el impacto positivo dentro de nuestras comunidades, promoviendo de manera articulada el desarrollo de proyectos beneficiosos y de largo aliento para nuestro entorno. Nuestra primera experiencia con Fairtrade data más de una década atrás”.
Y agrega: “Fairtrade es una buena herramienta de generación de valor compartido con quienes nos rodean junto a un involucramiento de nuestros consumidores. De manera complementaria y no excluyente, esta certificación nos ha permitido dar respuesta a una demanda más bien acotada por productos con acreditaciones de carácter social, como lo es ésta. Al mismo tiempo, pudimos mejorar nuestra gestión ya que nos propusimos desafíos en cuanto al uso de agroquímicos. Estamos más comprometidos y conscientes de la importancia de trabajar en conjunto por cuidar la salud y seguridad a lo largo de toda nuestra cadena productiva”.
Por su parte, Pablo Francisco, CEO y presidente de Alta Vista, asegura que la certificación Faritrade permitió a la bodega aumentar sus ventas con nuevos canales de distribución y clientes y encaminar sus prácticas culturales de viñedos hacia agricultura sustentable. Además, a nivel interno, creció el empoderamiento de las y los trabajadores ya que la Prima que reciben por las ventas financian proyectos de carácter comunitario y benefician a la comunidad en general.
“Entre otras acciones, se creó un plan nutricional para las 46 familias, se otorga medicación especial, becas estudiantiles, cursos de capacitación; también se construyó una sala de primeros auxilios y se acondicionó un comedor escolar”, comenta.
“Ya teníamos al comercio justo dentro de nuestra visión de empresa, pero fue en 2011 cuando adherimos a los criterios de comercialización y obtuvimos la certificación Fairtrade como empresa productora de uvas, transformadora y exportadora de vinos. Fuimos la primera bodega argentina de alta gama en llevar una certificación integral de la cadena de producción y el licenciamiento de uso del sello Comercio Justo”.
Los caminos están abiertos para continuar promoviendo esta certificación a más vino argentino Fairtrade. El desafío es grande y gratificante en pos de continuar consolidando la producción sustentable, los beneficios para la comunidad, el empoderamiento de las y los trabajadores y, al mismo tiempo, generar nuevos canales de comercialización.