Hay podios en los que los liderazgos son compartidos. Y en materia turística, San Rafael, por ejemplo, es mucho más que la segunda ciudad en importancia de la provincia de Mendoza, después de la capital. Ubicada a unos 285 kilómetros al sur, en el oasis que forman el Río Diamante y Atuel, San Rafael es un diamante de múltiples facetas donde conviven las vides con el turismo aventura.
Turismo en San Rafael: circuito urbano
El recorrido por sus calles es un plan en sí mismo. Como toda ciudad relativamente pequeña, un día alcanza para visitar los puntos más destacados: la Catedral San Rafael Arcángel, inaugurada en 1952 y de arquitectura neoromántica, y el Parque Hipólito Yrigoyen, que en verano se llena de música y de baile. A quienes busquen conocer la rica historia local, el Museo de Historia Natural les permite remontarla desde tiempos precolombinos.
La imaginación despliega su juego de reflejos encantados a 12 km de la ciudad, donde vale la pena perderse en el Laberinto de Borges. Fue diseñado en 2003 en la Finca Los Álamos, en homenaje al escritor que visitaba el lugar en los ´50. Ocupa una hectárea delineada por más de 9000 arbustos, que reproducen los símbolos del universo borgeano (un espejo, relojes de arena, la cara de un tigre, un bastón, una cinta de Moebius) y tiene la forma de un libro abierto. También allí se puede ver un documental sobre el montaje de esta singular obra paisajística.
Pero si el viaje gira en torno a la aventura, es hacia las afueras de la ciudad adonde hay que poner rumbo para hacer turismo en San Rafael.
Agua en el desierto
El río Atuel baja de los Andes y entra con fuerza en el desierto, donde está embalsado en varios tramos para generar electricidad. El Nihuil es el espejo de agua más grande de una serie de tres y resulta escenario de todo tipo de actividades acuáticas gracias a la potencia de los vientos: los que practican windsurf y kitesurf pintan de color el cielo de las tardes.
En contraste impensado, a 10 km del embalse se alzan dunas de hasta 200 metros de altura y en las que en verano las temperaturas ascienden hasta los 50°C. Escenario del rally Dakar en varias oportunidades, las colinas de arena cambian de forma y posición con el viento, lo que sumado al clima extremo obliga a ir con guías especializados. Con el tibio sol del invierno, sin embargo, es un lugar mágico.
Descendiendo desde la Villa de El Nihuil hasta Valle Grande, el segundo embalse, aparece el serpenteante Cañón del Atuel, maravilla arqueológica que tienta con su naranja aventurero y es paraíso para el rafting en el país. Hace millones de años, la erosión del río y del viento labraron las rocas en formaciones que despiertan asociaciones y fantasías. Se lo puede recorrer desde el agua en catamarán o bien en auto. Las dos formas valen la pena.
El río es un lugar para la aventura. Con servicios especializados, hay prestadores para hacer desde kayak, rafting y doky (remo desde una canoa inflable individual) hasta cool river, en el que se desciende el río aferrado a un minibote y usando patas de rana.
Cierra el plan adrenalínico uno de los atractivos recomendados por Destino Argentina, el Parque de la Aventura. Ubicado entre la ciudad de San Rafael y el Cañón del Atuel, propone actividades de montaña en medio de cañadones naturales, como recorridos por puentes tibetanos, rappel, tirolesas y canopy de tres tramos, además de escalada, trekkings y mountain bike. Dato: algunos circuitos llegan hasta el Parque Arqueológico Las Tinajas, reconocido por sus pinturas rupestres.
Vinos & carne a la masa
El turismo en San Rafael dedicado al vino, ofrece un recorrido por más de 25 bodegas abiertas al público en esta zona. Modernas, con historia, boutique, de gran escala, con restaurante, alojamiento o visitas guiadas, hay para todos los perfiles de winelovers. Comparten el orgullo por saber que la Denominación de Origen Controlada San Rafael destaca a la región como única en el país.
Famosa por sus vinos de base Cabernet Sauvignon, descubrir los Malbec, Syrah y Bonarda locales abre el paladar hacia tintos moldeados por el clima soleado. Como dato extra, una de las especialidades de la región son los vinos espumosos de base Chardonnay y Pinot Noir.
Ahora, puestos a buscar un plato propio de la zona, la carne a la masa es el indicado. Patrimonio cultural y gastronómico de la ciudad, lo curioso es que se trata de un plato sellado con masa de pan y cocido al horno de barro. Lleva cortes típicos de olla, trozados en cubos, macerados en vino blanco y condimentos y cocidos antes de cerrar el plato. La carne queda tan tierna que se deshace en esta receta apta para compartir.
El turismo en San Rafael resulta, por todo esto, un área que combina con precisión de alquimista naturaleza montañosa con turismo de aventura, rutas gastronómicas plenas de exquisiteces y momentos de relax. Un verdadero destino sanador, que no tiene contraindicaciones y es un gran remedio contra el estrés.