En Argentina, siete de cada diez botellas que se descorchan son de vino tinto. De esas siete, el 60% es Malbec. Números lógicos para el país que tiene a este varietal como mascarón de proa de su industria vitivinícola. Sin embargo, hablar de Malbec ya no se trata solo de tintos jóvenes o reserva, hoy con esta cepa tinta se elaboran todos los estilos posibles. Pero, ¿Cuántos tipos de Malbec argentino existen?
Mientras tanto, con etiquetas muy curiosas las y los winemakers locales ponen a prueba la versatilidad del Malbec. Repasemos que nos ofrece esta cepa de color más allá de los clásicos.
Tipos de Malbec argentino
Cada vez más rosados
Es imposible llevar registro de cuántas etiquetas de Malbec rosé hay en el mercado. El revival del consumo de estos vinos que tuvo lugar en los últimos años llevó la oferta a un pico histórico.
Lo mejor del fenómeno es que responde a una demanda en ascenso durante todo el año. Y lo más interesante es que hay una explicación: ya no se trata de subproductos de la elaboración de los tintos, estos vinos hoy nacen en el viñedo.
Para esto, algunos cosechan los frutos a mediados del verano, otros recurren a vendimias diferenciadas y todos acortaron el tiempo de maceración para lograr vinos más frescos, ligeros y vivaces.
Entre estos, son muchas las etiquetas que se destacan; aunque para comprender este nuevo estilo sirve descorchar exponentes como Doña Paula Malbec Rosé, Andeluna Malbec Rosé, Casarena Estate Malbec Rosé, Norton Quintaesencia, Terrazas de los Andes Malbec Rosé y Anaia Malbec Rosé.
Sparkling, la versión más glam
Los espumosos de Malbec (rosados, blancos y tintos) ganaron terreno en los últimos años entre los distintos tipos de Malbec argentino.
Entre los hitos de los comienzos, vale destacar a Bodega Chandon, cuando en los años 2000 sumó identidad y sabor local a sus cuvée rosados; y a Mauricio Lorca, al elaborar Lois, el espumosos de bodega Foster que intentó ser un blanc de noirs, aunque el potencial colorante de los hollejos muchas veces le marcaron leves tonos rosados.
Hoy, muchas bodegas apuestan por las burbujas con Malbec como protagonista como el elaborado por Marcelo Pelleriti para la línea Lindaflor de bodega Monteviejo, un rosé sutil y vivaz.
Dulces tardíos, los esperados del otoño
Cada año, mientras las bodegas se vinifican las uvas de la vendimia en las vides muchos racimos esperan ser recolectados durante el otoño. Entre estos, los de Malbec son cada vez más apreciados para elaborar distintos tipos de Malbec argentino.
Para sorpresa de muchos las uvas del varietal más importante del país dan origen a exquisitos tintos dulces de cosecha tardía ideales para acompañar tartas de chocolate, frutos secos y tablas de quesos. Incluso hay un dato muy curioso detrás de estos vinos: su demanda es constante y cada año nuevas etiquetas llegan al mercado.
Entre los destacados de esta nueva especialidad argentina están Laborum Malbec Tardío, Penedo Borges Tardío Malbec, Melipal Late Harvest Malbec y el singular ICE de Las Perdices, elaborado con uvas pasificadas naturalmente que se cosechan en el mes de junio cuando la térmica de Mendoza marca sus niveles más bajos del año.
White Malbec, el estilo que sorprende
Hace diez años, Colosso Wines asombró a las y los Malbec lovers con su Indomable Blanc de Malbec, un blanco elaborado a partir de uvas tintas que proponía un estilo desenfadado en la copa con matices de cerezas y ciruelas frescas, flores blancas y algún detalle cítrico, mientras que en paladar era tenso y amplio. Sin dudas una curiosidad.
Y si bien el público aprobó el estilo de inmediato tuvo que pasar casi una década para que otras bodegas se sumen a la movida White Malbec. Es el caso de Trivento White Malbec que se ha convertido en un éxito de ventas en el verano británico; de Finca Las Moras Dadá White Malbec y del más reciente Misterio White Malbec by Finca Flichman.
Con este estilo en ascenso queda claro que esta variedad seguirá siempre sorprendiendo con sus mil y un tipos de Malbec argentino.
Fortachones
En el 2000, Familia Zuccardi inauguró un osado estilo para el Malbec y así nacía una de sus etiquetas más exitosas: Malamado, un Malbec elaborado a la manera del Oporto. Básicamente se encabeza con alcohol vínico hasta los 18 grados y contiene 120 gramos de azúcar residual por litro.
Desde entonces, es un clásico local a la hora de los postres, chocolates y charlas de sobremesa. Pero la categoría se amplió de la mano del éxito de los vinos dulces y nacieron otros como Porto de Magodas, de la colección los Stradivarius de Bodegas Bianchi; Rutini Encabezado de Malbec; Domaine Bousquet Malbec Dulce y el reciente Riccitelli Vintage, que el winemaker Matías Riccitelli produce con uvas Malbec de Gualtallary.
El espíritu del Malbec
En Argentina, la fuerte herencia que dejaron las oleadas de inmigrantes italianos y españoles explica la pasión de las y los winemakers locales por mantener viva la tradición de las grappas y los orujos. Ideales para la sobremesa o alguna noche helada frente al calor de una chimenea, estos tragos que sacuden el alma tienen versiones locales a partir de las uvas Malbec.
Es un secreto a voces que en nuestro país abundan estas destilaciones; aunque la mayoría son de consumo familiar. Sin embargo, hay una interesante oferta en el mercado que también despierta el interés de los bares a la hora de diseñar sus cocteles de autor.
Elaboradas del mismo modo que las grappas italianas y los orujos españoles se consiguen, dentro y fuera del país, Norton Grappa de Malbec (40% alc), Grappa D.V. Catena (41% alc), Grappa Sin Fin (40 % alc), Rutini Destilado de Orujo Malbec (41% alc) y Aniapa Aguardiente de Malbec (41% alc) mientras que el ejemplo más osado es Hilbing, el primer gin de Malbec.