En mayo de este año Joaquín Hidalgo nos hablaba de la revolución de los blancos en Argentina. Esta tendencia sigue creciendo y demuestra la diversidad de estilos que pueden hacerse en nuestro país, y que en algunos casos implican la recuperación de técnicas practicadas antiguamente y que por diversas razones se abandonaron.
En los últimos 20 años vimos cómo la industria y el consumidor fueron creciendo y evolucionando, acompañados por una comunidad de sommeliers que se encuentra también en pleno crecimiento y cumpliendo un rol cada vez más importante, porque los sommeliers en Argentina no sólo trabajan en restaurantes sino que también explican, comunican y educan a futuros profesionales y a entusiastas.
Es hora de que estos vinos sean conocidos internacionalmente y de que vayamos por esta vía de diversidad de productos para acompañar al torrontés, que es nuestra cepa emblema en blancos.
Vinos naranja: vinos blancos hechos como tintos
Matías Michelini fue uno de los que abrieron el juego de la diversidad al hacer un torrontés como vino naranja, una manera de hacer vino blanco que se aleja de la convencional pues el jugo de la uva fermenta con los hollejos. Esta técnica nos deja ver una cara más primaria de la uva: se trata de un torrontés intenso, perfumado, con muchos taninos y capaz de combinarse con platos intensos, sacándolo por lo tanto del mero lugar del aperitivo. Es un vino que se sirve a temperaturas de 14-15 grados y que se aconseja trasvasar a un decanter para descubrir toda su paleta aromática. En mercados como Sudáfrica varios productores elaboran vinos naranja de variedades como moscatel de grano pequeño, hárslevelű y chenin blanc, que son variedades también aromáticas.
Vinos bajo velo
Edgardo del Pópolo y David Bonomi presentaron, en el marco de su proyecto Per Se, un vino blanco de chardonnay criado bajo velo o flor al que bautizaron Volare de Flor. Este vino único dialoga con la región del Jura en Francia y con reinterpretaciones de los vinos del Jura en el nuevo mundo, como los vinos con velo de Bodegas Re en Chile y AA Badenhorst en Sudáfrica, entre otras. Productores innovadores que rescatan técnicas naturales y antiguas como lo es la de propiciar el crecimiento del velo en barricas para que sus vinos se desarrollen debajo de esa protección natural (levaduras que mutan y empiezan a flotar en la superficie impidiendo que el vino se oxide). El resultado da un vino muy complejo, con notas a nueces, almendras saladas y leves notas afrutadas como manzana. Dicho sea de paso, en la producción de El Enemigo Chardonnay 2012, según nos explica Alejandro Vigil, varias barricas se ven también afectadas por la formación del velo, lo que contribuye a la gran complejidad de este blanco que ya es uno de los mejores chardonnay del mundo fuera de Borgoña según la revista Decanter.
Súper Blancos
Están apareciendo grandes vinos blancos que son blends. Son como súper héroes que toman características de diferentes lados para hacerse más fuertes. Estos blends son de variedades blancas que coexisten en una misma región o inclusive vinos de diferentes provincias que se unen en una botella.
Recientemente pude probar vinos como @michelini wine 2009 que es una mezcla de semillon, sauvignon blanc y torrontés y que tuvo una importante guarda en botella. El vino es complejo, con un gran balance entre el perfume de las flores, lo levemente tostado y la frescura del sauvignon blanc.
Susana Balbo también presentará al mercado un blend de las mismas cepas pero en cantidades iguales, que sin duda dará que hablar. Es un intenso vino de zonas calcáreas de Tupungato y San Carlos. Otros blends igualmente complejos son Lágrima Canela de Walter Bressia (chardonnay y semillon) o Tiara de Viña Alicia (riesling, albariño y savagnin). En una gama más accesible, dentro los blends, se encuentra el Amalaya Blanco, una combinación de torrontés y riesling.
Blends de provincias lejanas hay pocos pero en febrero saldrá el Saltallary 2015, un innovador blend de sauvignon blanc de Salta, más propiamente de Tacuil, con sauvignon blanc de Gualtallary elaborado por Matías Michelini. La idea de este vino es combinar lo aromático y expresivo de Salta con lo mineral y austero de Gualtallary. Dos provincias se unen en una botella para crear un “Súper Vino”: es decir un vino con poderes, con la capacidad de romper barreras y de ir en busca de una especie de alquimia ideal.
Marcelo Miras también acaba de lanzar su Pinot Salvaje 2015, un blend de sauvignon Blanc y pinot noir elaborado como blanco.
Otras Variedades
Ya están disponibles varios chenin atractivos como el Ji Ji Ji de Andrea Muffato y Gerardo Michelini, el semillón de las bodegas Mendel y el de Marcelo Miras, los riesling de Doña Paula, Luigi Bosca, Humberto Canale, Mar&Pampa, entre otros, y pinot grigio como el de Matías Ricitelli. Por último, también se están elaborando espumantes innovadores como el 100% sauvignon blanc de Doña Paula, Sauvage blanc: un vino nervioso, intenso, fresco, seco, ideal para acompañar pacú marinado o un ceviche.
Nuestros malbec en tintos y torrontés ya son conocidos en el mundo entero, y las puertas están abiertas para que el mercado internacional descubra también estos otros productos, nuevos e innovadores. Que siga la revolución!
Foto: El Nuevo Mexicano