Diana Fornasero, directora enológica de Viña Cobos: “Más allá del Malbec, Argentina puede ser un gran exponente mundial con sus Cabernet y Chardonnay”

Diana Fornasero

En el 2013, poco antes de obtener su título de enóloga en la Facultad Don Bosco de la Universidad Católica de Mendoza, su currículum fue bien recibido en Viña Cobos, bodega mendocina del reconocido enólogo estadounidense Paul Hobbs y pionera en la elaboración de vinos súper top en Argentina.

Allí, Diana Fornasero dio sus primeros pasos, trabajó en todos los puestos de la cadena productiva y ahora, una década después y desde la cosecha 2022, es la directora enológica de la casa.

Sobre su vasta experiencia, su mirada sobre los desafíos internacionales del Malbec y cómo mantenerse en la élite mundial del vino, conversamos con Diana Fornasero.

Diana Fornasero

Entrevista a Diana Fornasero

¿Cómo influye en tu trabajo el haber pasado por todas las áreas de producción? 

Creo que puedo transmitir y sugerir cómo conviene hacer las cosas desde el detalle, tal como me enseñaron a mí cuando ingresé a Viña Cobos. Eso nos ayuda a lograr la calidad y la mejora continua, porque haber aprendido a hacer distintas cosas, como lavar un tanque, por ejemplo, hace que sepa cuánto tiempo lleva y el nivel de exigencia que se requiere. 

Yo no me encasillé solo en la producción, en la vendimia, en la crianza o en el fraccionamiento, sino que trabajé también en el área de control de calidad con las etiquetas, los corchos, las botellas; en el laboratorio y en la interpretación de análisis del vino. Creo que haber pasado por las distintas tareas valida mis decisiones, porque no me convertí en gerenta de un día para otro. Toda esa experiencia me ayuda a tener una visión completa y a elegir qué camino tomar.

¿Cómo cambió tu visión el contrastar lo aprendido con tus tareas en la bodega?

Cuando llegué a Viña Cobos venía con todo lo que enseña el manual y me di cuenta de que muchas de las cosas que aprendí no las usaba nadie. Fue entonces cuando comencé a comprender la enología desde otro lado, desde el costado más natural posible. 

Tenía un paradigma tradicional, más antiguo, y poco a poco empecé a acercarme a las nuevas corrientes que estaban surgiendo: las de tratar de preservar el terroir de la mejor manera posible y que eso se exprese en los vinos. 

En ese sentido, la figura de Paul Hobbs es muy importante porque va más allá de ser un simple asesor: es uno de los propietarios y tiene un peso decisivo.

Diana Fornasero, ¿cómo es tu relación creativa con Paul Hobbs?

Mantenemos un intercambio dinámico. Paul no es el típico dueño que impone cosas, está muy abierto a las ideas nuevas y a que le propongas cambios. Él viaja a la Argentina varias veces al año, juntos tomamos las definiciones en el corte de los vinos. 

Como decía, es un trabajo en conjunto: presento al equipo tres o cuatro opciones con la misma esencia, pero con perfiles diferentes y las degustamos junto al segundo enólogo Nicolás Antich, Marina Miceli Di Pietro y Pablo Debernardi (el equipo de agronomía) y también con el director comercial. Armamos un ranking de los cortes que más nos gustaron y elegimos.

Vamos probando el producto durante todo el proceso. Paul viaja en la vendimia para determinar el punto en que se va a cosechar y probamos tanto los vinos del año anterior que todavía no se fraccionaron como los que están en barrica para ver cómo van evolucionando. Es un ida y vuelta permanente.

Viña Cobos trabaja con dos perfiles de región muy puntuales y diferentes: Valle de Uco y Luján de Cuyo. ¿Cuál es tu manera de encararlos y combinarlos? 

El portfolio inicia con Felino, un vino completamente varietal que combina distintas zonas de Luján de Cuyo y de Valle de Uco. Luego viene Cocodrilo, que es también un blend, pero sin tanta distinción de zona. 

En la línea Bramare Appellation sí separamos Luján de Cuyo y Valle de Uco. Tenemos 50 hectáreas propias de la bodega y otras 300 hectáreas que le compramos a productores, los ingenieros agrónomos se encargan de manejar el trabajo de cada uno de esos viñedos de terceros para que tengan nuestra misma filosofía. 

Una vez que la uva se cosecha, cada finca va a un tanque de fermentación por separado para que sean elaboradas exactamente de la misma manera. Lo mismo sucede con las barricas para que la diferencia sea netamente el lugar del que proviene. 

De la misma manera nos movemos en los Single Vineyard para los que sí usamos viñedos propios: Marchiori, Chañares y Zingaretti. Cada cuartel de esa finca se elabora por separado con distintos seguimientos en relación tanto a los trabajos en viñedo como en la elaboración. 

Diana Fornasero

El futuro del vino argentino, la mirada de Diana Fornasero

Cómo referentes internacionales de los Malbec de alta gama, ¿cómo ven el futuro de esta cepa en el mundo?

Tenemos la seguridad que es una variedad que aún tiene mucho por dar. En nuestro caso, sabemos que tenemos muchas oportunidades de continuar perfeccionando el trabajo que ya hicimos en Viña Cobos de la mano de las investigaciones en el viñedo – tanto del terroir como del manejo del mismo – y de la interacción que tenemos con el Malbec en la bodega, ya sea en procesos de fermentación como la elección de la barrica. 

En este último aspecto logramos trabajar con una precisión muy diferente a la de hace veinte años, ya que investigamos los resultados que obtenemos con cada tipo de roble según el bosque de origen, los tostados y los tamaños de los barriles. Esto lo realizamos para cada viñedo y así -año tras año- perfeccionamos nuestros vinos para que sean grandes referentes del Malbec de Argentina por su fineza, concentración y elegancia.

Soy consciente que cada productor/a tiene su línea de trabajo y metodología para seguir sorprendiendo al mundo con las posibilidades que el Malbec nos ofrece.

Si hablamos de vino argentino, más allá del Malbec, ¿en qué otros aspectos, vinos o varietales trabajan hoy en Viña Cobos? 

En Viña Cobos, desde los inicios de la bodega, apostamos por el Cabernet Sauvignon y el Chardonnay. Con estas cepas, Argentina tiene la posibilidad de convertirse en un gran exponente mundial. Nuestros vinos así lo demuestran y sabemos que vamos por el buen camino para lograrlo. 

Estamos enfocados en seguir buscando zonas donde el Cabernet Sauvignon y el Chardonnay nos den la máxima expresión posible según cada terroir de Argentina. 

También el Cabernet Franc se ha convertido en una apuesta para la bodega desde que lo desarrollamos en nuestro viñedo Chañares de Los Árboles, en Valle de Uco.

A esto quiero sumar los trabajos en materia de sustentabilidad que venimos desarrollando desde hace años en la bodega y los viñedos, tanto en los propios como en los de las y los productores con los que trabajamos. Pensar en una vitivinicultura regenerativa es una de nuestras prioridades.

Acaban de llegar a La Place de Bordeaux con Viña Cobos Malbec, sin dudas un gran paso para el vino argentino, ¿qué desafíos implica mantenerse en este nivel top?

Para nosotros es muy importante mantener la calidad y los estándares con los cuales elaboramos Cobos Malbec, para esto hicimos inversiones en nuestros viñedos enfocadas en el riego, con el objetivo de trabajar con una mejor eficiencia hídrica, manejo de suelos e investigación. 

Paul Hobbs es un convencido que el manejo del viñedo es lo más importante y por esto mismo estamos detrás de cada detalle en cada planta. Para Viña Cobos el terroir fue siempre una prioridad y este mensaje ha sido consistente; como la calidad de cada uno de nuestros vinos. 

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