Cabernet Sauvignon argentino: evolución y crecimiento

Cabernet Sauvignon

Cada Día Internacional del cabernet sauvignon es una buena excusa para recordar que Argentina, mundialmente reconocida por sus malbec, sorprende con la evolución de sus cabernet sauvignon, que hoy constituyen la tercera variedad en extensión plantada, con más de 13.000 hectáreas a lo largo del país. Pero no sólo se trata de cantidad: enólogas y enólogos, winemakers y agrónomas y agrónomos trabajan incansablemente para obtener los mejores vinos y expresiones de los distintos terroir, a partir de esta cepa que es, por otro lado, una vieja conocida de la viticultura nacional.

Cabernet sauvignon made in Argentina: regiones y estilos

Argentina tiene al menos tres estilos propios de cabernet sauvignon, todos provenientes de climas continentales. A diferencia de las regiones más famosas del mundo, en Argentina el cabernet se cultiva en terruños áridos de montaña. Maipú y Luján de Cuyo, en la provincia de Mendoza, son las regiones históricas con viñas más antiguas, con el  77% del total cultivado, entre los 700 y 950 metros de altura. El clima cálido y seco ayuda a la maduración y los dota de un estilo intenso y voluptuoso, con buen cuerpo y estructura.

El cabernet de altura y clima frío se elabora en la zona del Valle de Uco, entre los 1000 y los 1500 metros de altura, resultando en vinos más vibrantes gracias al clima fresco. Allí las variedades tintas maduran más lento y llegan a la cosecha con una acidez natural, refrescante, que imprime un carácter especial.

Finalmente, el cabernet sauvignon del noroeste, que proviene de la zona de Cafayate, en el corazón de los Valles Calchaquíes. A 1750 msnm, desarrolla una expresión especiada, con notas herbales y mentoladas gracias al clima extremo y la amplitud térmica muy marcada, que provoca la maduración diurna y la concentración ácida y aromática por las noches.

El boom del cabernet sauvignon argentino, según expertas y expertos

Cabernet Sauvignon

¿A qué se debe el crecimiento, en los últimos años, de la reputación del cabernet sauvignon en Argentina?  Para Andrea Ferreyra, de Finca La Celia en San Carlos, Valle de Uco, pese a que hay una baja en superficie cultivada en los últimos 10 años (aproximadamente un 17%), “ha aumentado (y para bien) en términos cualitativos y cada vez surgen nuevos exponentes en los distintos portafolios de las bodegas. Entiendo que en parte puede ser para diversificar la carta de presentación que tenemos en los vinos argentinos, demostrando que existen excelentes terruños con grandes cualidades para elaborar cabernet sauvignon”.

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Para Jorge Cabezas, de Bodega Salentein de Valle de Uco, el crecimiento se debe “en gran parte a una comprensión más profunda de los terroirs del país. Desde los viñedos elevados de Mendoza, como el Valle de Uco, hasta las regiones extremas del norte y sur, hemos aprendido a manejar esta variedad con gran precisión, permitiéndole expresar su identidad en diversos suelos y climas”.

El licenciado Rodrigo Romero, de Bodega Toso en Maipú, señala: “la gran diversidad de zonas y terruños hace que tengamos desde cabernet sauvignon jóvenes, frescos, especiados y con fruta, hasta concentrados, con taninos y colores marcados y de gran potencial de guarda”. Diana Fornasero, de Viña Cobos de Mendoza, suma el conocimiento como clave. “Mejoras en las prácticas agronómicas, el manejo de la canopia, interpretar las necesidades de esta variedad en cada región y entender cómo se expresa. Las puertas en el mundo que abrió el malbec y la mejora en su calidad hizo que nos planteáramos nuevos desafíos con otras variedades y la principal fue el cabernet sauvignon”.

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Opi Sadler, de La Mascota Wines, apuesta por la potencialidad. “Es una variedad de ciclo largo y necesita de climas moderados, de otoños suaves y placenteros que permitan la madurez total de las uvas. Otro factor importante es la gran luminosidad de los días, que permiten la reducción de las pirazinas, aromas que recuerdan al pimiento verde, que generalmente los consumidores del mundo rechazan, realzando las notas de fruta roja fresca de le dan identidad a nuestros cabernet sauvignon”.

Cabernet sauvignon: un futuro promisorio

Andrea Ferreyra está segura de que el perfeccionamiento cualitativo es clave para el crecimiento de la cepa, igual que la exploración de nuevas regiones, como se hizo con el malbec. Diana Fornasero agrega la importancia de la comunicación y la visión estratégica para desarrollar plantaciones en regiones en las que las condiciones del terroir favorecen la calidad, como por ejemplo, Luján de Cuyo.
Para Jorge Cabeza, adaptarse al cambio climático y ajustar las prácticas agrícolas buscando equilibrio será fundamental.  “El crecimiento y perfeccionamiento del cabernet sauvignon en Argentina dependerá de nuestra perseverancia en capturar la esencia de nuestras regiones, con un enfoque en autenticidad y sostenibilidad”. 

¿Por qué beber cabernet sauvignon argentino?

Andrea Ferreyra enfatiza: “Si bien Argentina es sinónimo de malbec, tuvo un pasado muy fuerte con cabernet sauvignon y que ahora está volviendo a salir a la luz. El cabernet en Argentina tiene muchas facetas y el estilo depende del lado que cada enólogo quiera mostrar”. 

Desde Viña Cobos apuestan por su carácter elegante y frutal, de las clásicas notas más herbales, todo logrado a través de un minucioso trabajo en el viñedo. Y agrega: “el cabernet sauvignon ofrece intensidad, estructura, versatilidad. Cada bodega muestra una faceta distinta de la misma variedad, que se diferencia a su vez del estilo tradicional del resto del mundo”.  

“Nuestro Cabernet Sauvignon Primus ha recibido grandes reconocimientos internacionales, como el galardón al mejor Cabernet del mundo en el Asian Wine Masters en Hong Kong.  La crítica más relevante destaca su capacidad para combinar potencia y elegancia”, celebra Cabeza. 

Alejandro Pepa de El Esteco, Salta, añade: “Con la misma visión y énfasis que pusimos en el malbec, para mí los cabernet hoy están siendo extraordinarios. En cada botella de cabernet sauvignon del NOA están viajando a este pequeño terroir ubicado en la Argentina, uno de los más altos del mundo. Es un viaje hacia algo diferente dentro de los exquisitos cabernet sauvignon que se encuentran en nuestra Argentina. Tienen generalmente una entrada dulce, full body pero sobre el final aparecen unos taninos minerales finos que engloban la boca, que la llenan y ofrecen un cabernet con una estructura que me parece muy rica”. 

Javier Lo Forte, de Pulenta Estate, se enorgullece del trabajo alcanzado. “Los cabernet sauvignon que ofrecen Alto Agrelo,  Luján de Cuyo y principalmente Pulenta Estate vienen de viñedos que plantó Don Antonio Pulenta en el año 92, tienen un balance y equilibrio maravilloso. Tenemos viñedos viejos que producen una cantidad de kilos perfecta para darnos buena concentración y tipicidad para lograr vinos que ofrezcan todo esto que mencionamos pero de una manera elegante, suave, con fineza. Hoy a un consumidor yo le recomendaría que eligiese cabernet de Alto Agrelo porque tienen toda la fuerza, toda la potencia, la tipicidad, pero al mismo tiempo son vinos ricos, para disfrutar”.

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