¡Hola, winelover! ¿Cómo estás? Yo sigo con mi trip por Salta, disfrutando de un verano espectacular en Argentina. Hoy te propongo que descubramos más vinos de los Valles Calchaquíes, así que abrochate el cinturón y seguime.
Vinos de los Valles Calchaquíes
Amar y Vivir, una perla en la Quebrada de San Lucas
La primera estación fue la hermosa finca Arca Yaco. Ubicada en la imponente Quebrada de San Lucas, está a 38 kilómetros de Cafayate y se eleva 2.200 metros sobre el nivel del mar.
Su responsable es Matías Etchart -nieto del fundador de Bodegas Etchart- quien recibe personalmente a los visitantes. Compró la finca en 2010, cuando no había viñedos en el lugar ni tradición vitivinícola.
Rápidamente plantó Malbec y Cabernet Sauvignon, construyó caminos y acequias y lanzó la marca Amar y Vivir, en honor a un bolero que le depara reminiscencias familiares.
En 2015, Amar y Vivir presentó la primera de las ocho añadas que tiene hasta el momento. Entre 2020 y 2021, Matías diversificó sus viñas y añadió Cabernet Franc, Merlot, Tannat y Zinfandel (con esta última es pionero en los Valles Calchaquíes).
Hoy, el emprendimiento elabora vinos de los Valles Calchaquíes de gran calidad y cuenta con seis etiquetas propias. Dos pertenecen a la línea Amar y Vivir (un Cabernet Sauvignon y un Malbec, ambos con paso por barricas de roble francés de 500 litros), y las cuatro restantes, a la línea Imagínate: Malbec, Torrontés, Chardonnay y Sauvignon Blanc, todas sin paso por madera.
Acá te dejo sus highlights: los vinos esenciales para conocer a Matías Etchart son sus Amar y Vivir mencionados. Pero también su Imagínate la dulce sensación que da el vino Malbec, un tinto con frescura y finura muy agradable.
Piatelli, una experiencia salteña
La segunda parada fue Piatelli, que es mucho más que una bodega. Su arquitectura, su restaurante y su flamante resort la convierten en una opción soñada para aquellos que quieran vivir una experiencia 100% salteña.
Está sobre la RP2, en Cafayate, rodeada por cardones. Acá podés hacer trekking, excursiones en bicicleta y 4×4, degustaciones, picnics y hasta avistaje de aves, un programa interesante para conectar con la naturaleza.
Por año, Piatelli produce casi un millón de litros de vino. Sus principales líneas son Reserva, Gran Reserva e Ícono. Algo simpático: el resort está conformado por 20 casitas, y cada una lleva el nombre de un varietal distinto
Sin dudas, dos de sus hit son el Reserva Torrontés -un blanco de elegancia exquisita- y su tope de gama, Arlene Series, un blend 85 % Malbec con Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Pero si lo ves en la góndola, no dejes de probar el Piattelli Limited Edition Cabernet Franc.
Tukma, terroir con tradición
Enclavada al pie de la Sierra del Cajón, a 1700 metros sobre el nivel del mar, Tukma combina historia y naturaleza. Su nombre se refiere a la palabra con la que los diaguitas, uno de los pueblos originarios más importantes de la zona, llamaban a sus caciques.
Tukma elabora vinos basados en la tradición regional. Su enólogo es José Luis Mounier, un referente del vino argentino que se instaló en Cafayate en 1986.
La bodega tiene capacidad para 300.000 litros, almacenados en su mayoría en vasijas de cemento. Su hermosa finca data de 1892 y se destaca por su arquitectura colonial española.
Además de sus vinos de los Valles Calchaquíes, la casa cuenta con Altalaluna Hotel Boutique & Spa, un emprendimiento de enoturismo que está a solo tres kilómetros de la bodega y entre sus servicios cuenta gastronomía de altura, piscina y spa.
Acá te dejo los vinos recomendados: Tukma Torrontés Tardío me pareció una delicia, mientras que su Gran Corte – Malbec, Tannat y Cabernet Sauvignon – es uno de los que regresa en mi mochila.
Los Cardones: un coloso en Tolombón
Siguiendo rumbo a Tolombón, llegué a Estancia Los Cardones. La bodega de piedra se recorta contra el paisaje montañoso.
El edificio fue erigido en 2017 y tiene capacidad para 150.000 litros de vino, aunque proyectan ampliarse hasta los 250.000.
La responsable es la familia Saavedra Ascona, en sociedad con el reconocido ingeniero y enólogo Alejandro Sejanovich, quien se propuso elaborar vinos de los Valles Calchaquíes frescos a partir de las características aromáticas y especiadas que ofrecen las uvas de la zona.
Su clima seco y su suelo rocoso, de muy poca profundidad y abundante piedra, lleno de mica desintegrada, lo convierten en un terroir único. Esto favorece la producción de cepas como el Malbec y el Torrontés, dos de los emblemas de la bodega.
Los Cardones ofrece distintas propuestas: el pack básico, con visita guiada y degustación; el full incluye también un maridaje, mientras que el premium cuenta con visita guiada, degustación y almuerzo.
¿Recomendados? ¡Claro! Su línea Tigerstone, proveniente de parcelas donde las piedras tienen vetas de cuarzo que semejan las manchas de los tigres, ofrece un Malbec y un Garnacha que son épicos.
Nos vemos en el próximo posteo. ¡Bye!