Frente a un entendido, si no se quiere pasar por perejil, lo mejor es nunca formular alguna de estas preguntas. Para evitarte respuestas agrias, aquí te adelantamos los temas que son tabú.
Los conocedores de vino intimidan. Un poco porque, con sus conocimientos, tienden a hacer sentir al neófito como un perejil con gusto a poco frente al expertise. Y otro poco, porque a la hora de las dudas, el gran público se amilana y no sabe si lo que va a preguntar es una pavada o el meollo de una cuestión. Para que no te pase nada de eso, en Vinomanos te pasamos diez preguntas que nunca hay que hacer y por qué.
Estas son las preguntas que un bebedor de vinos jamás debe hacer
En el vino, los aromas ¿son agregados? Es una duda típica causada por tanto agrandamiento de los catadores. Estos, para describir el vino, suelen mencionar aromas de grosella, frambuesa, trufa, cuero y un largo etcétera que despista al consumidor. La verdad es que no son aromas agregados sino sensaciones similares que el vio provoca en la memoria del catador. Si no quiere pasar por un completo desconocedor, mejor guardate esta pregunta.
Un blend ¿es como un jugo multifruta? En rigor, un blend es un vino elaborado con distintas variedades de uvas, de modo que la respuesta es verdadera. Pero los jugos multifruta suelen ser rejuntes y descartes y en el caso del vino, no. Es más bien una selección para hace más completo el producto.
¿Cuál es el mejor vino del mundo? Esta es una de las preguntas más absurdas que se pueden formular, porque no hay una sola respuesta posible. En todo caso hay vinos reputados, como Petrús o Margaux, pero no son necesariamente mejores que sus pares. Conviene saber que la buena reputación no siempre depende de las virtudes del producto.
Los rosados ¿son vinos afeminados? En un país de tintos recios y bebedores machos, este es un preconcepto bastante común. Pareciera que si uno bebe un rosado enseguida quiebra la muñeca. Nada más erróneo que pensar que un tipo de vino determina una orientación sexual. Quienes no los beben por razones de una rídicula fobia se privan de productos muy atractivos, aromáticos y con buen desempeño para el maridaje. Sino, probá uno con una pizza y luego con un bife, y vas a ver.
¿En qué recipiente fue elaborado el vino? Siempre salta alguien con esta cuestión cuando se hace una degustación en público. Equivale a preguntarle al cocinero si los champignones los saltó en sartén de hierro o con teflón. No le cambiará el gusto, pero es “de entendidos” preguntar. Hacete un favor y mejor no abras la boca. Concentrate en las virtudes del vino antes que en las de su recipiente.
Un vino DOC ¿tiene poderes curativos? Definitivamente no. Denominación de Origen Controlado (DOC) es un vino que tiene certificado de origen para sus uvas y que está elaborado de acuerdo a un protocolo que apunta a reglamentar cierta calidad. En Argentina, la única DOC que funciona bien es Luján de Cuyo para sus Malbec.
Si el vino es más viejo, ¿es mejor? No es verdad, ni remotamente. En países como el nuestro, incluso es mejor beber los vinos jóvenes, porque tienen más intensidad y definición frutal, que algunos de los viejos que llegan cansados y sin brillo. Mejor dejar la tercera edad para los franceses, que forzosamente deben añejar sus grandes vinos para que mejoren.
¿Los tintos se toman a temperatura ambiente? Otra pregunta clásica y equívoca. Es una mala traducción de un concepto francés, en cuyas regiones no cunden las temperaturas veraniegas de nuestro país. Aquí, de diciembre a marzo, conviene refrescar los tintos con un golpe de heladera si no se quiere beber caldos alcohólicos.
¿Qué significa la IG de la etiqueta? La IG es un concepto es nuevo, así es que se puede perdonar a quien pregunte qué es. La sigla representa Indicación Geográfica, y pueden llevarla los vinos que cuyas regiones de origen se consideran declaradamente distintas al resto. Últimamente, cada vez más vinos vienen con su IG en la etiqueta. Atentos.
Sin filtrar, ¿es mejor? Hace algunos años hubo una moda que buscaba prestigiar al vino diciendo que no se lo filtraba para conservar sus características. En rigor, los vinos sin filtrar suelen tener más extracto seco, lo que les da una sensación carnosa y polvorienta al paladar. Pero también es cierto que si no están bien hechos precipitan en el corto plazo y quedan desensamblado. Que no te vendan filtro por liebre.