San Rafael Mendoza: un tesoro por descubrir de la vitivinicultura argentina

San Rafael Mendoza

Ubicado apenas a 240 kilómetros al sur de la capital mendocina, San Rafael Mendoza, es un tesoro dentro de la región de Cuyo. Esta zona no sólo es de una belleza natural evidente, sino que además se convirtió, a fuerza del trabajo de las y los profesionales del vino, en un área de mucha importancia dentro de la industria vitivinícola argentina. En San Rafael, Mendoza, la tradición se combina con la innovación y las bodegas locales ofrecen propuestas diferentes, que invitan a descubrir la riqueza de sus vinos.

Esta región tiene sus raíces en el siglo XIX, al expandirse la frontera de ocupación española con la fundación del Fuerte de San Rafael, en 1805. Las corrientes de los ríos Diamante y Atuel, inicialmente aprovechadas para la generación de energía eléctrica, dieron origen a esta zona productiva, al pie de la Cordillera de los Andes. Ambos ríos, nacidos en la cordillera, proveen el agua necesaria para el riego de viñedos y cultivos, con precipitaciones rondan los 250 mm anuales. Con 12.170 hectáreas de viñas, San Rafael constituye la frontera sur de la viticultura mendocina. 

San Rafael Mendoza: una región para saborear y visitar

San Rafael Mendoza


San Rafael, Mendoza, es mucho más que una región productora de vinos: es una tierra donde la tradición y la innovación se unen para crear vinos de excepcional calidad. Así, se posiciona como un destino imperdible en la Ruta del Vino, ofreciendo a las y los visitantes una experiencia inolvidable llena de historia, sabor y pasión. «La combinación de suelos, clima y dedicación de nuestros enólogos hace que San Rafael sea un lugar mágico para el vino», concluye Paulo Mendez de Bodega Iaccarini.

A diferencia del resto de las regiones vitícolas de Mendoza, los viñedos sanrafaelinos están alejados de la cordillera de los Andes, cuyos picos apenas se divisan al oeste, de modo que la altura de cultivo ronda los 600 y los 800 metros sobre el nivel del mar. Esto define un clima moderado a frío, seco y con excelente insolación. Esa diferencia puede apreciarse en “una acidez presente y un paladar vivaz, principalmente en los malbec y en las blancas”, sintetiza Alejandro Leirado de bodega La Espera.
Con recorridos guiados, especialmente diseñados para las y los turistas y viajeros, o a través de sus vinos, presentamos un recorrido por algunas de las bodegas que llevan el emblema de esta región.

Bodegas para visitar en San Rafael Mendoza

San Rafael Mendoza

Para quienes buscan experiencias inolvidables y  gustan de conocer el terroir y sus cualidades particulares, estas bodegas son ideales para planificar recorridos y catar lo mejor de sus producciones.

Bodegas Bianchi: un gigante familiar en San Rafael Mendoza

Fundada en 1928, la bodega Valentín Bianchi es un verdadero coloso en San Rafael. Sus vinos están presentes en más de 40 países y la bodega ofrece una amplia variedad de actividades, desde visitas guiadas hasta recorridos en bicicleta por los viñedos. «La experiencia de ser enólogo por un día es algo que no se puede perder», comenta Paula Bianchi, descendiente del fundador. De su portafolio, destacan el Particular Merlot y el Enzo Bianchi Grand Cru, ambos reconocidos como dos exquisiteces dentro de la generosa  viticultura argentina.

Bodega Iaccarini: innovación y tradición en Las Paredes

Una bodega de renombre en San Rafael Mendoza es Iaccarini, fundada en 1903 por el italiano Pascual Iaccarini.  Desde el distrito de Las Paredes, Bodega Iaccarini combina modernidad y tradición en sus instalaciones, ofreciendo una experiencia completa con visitas guiadas y un wine bar innovador. «Nuestros vinos son un reflejo de la pasión y el cuidado que ponemos en cada detalle», asegura Daniel Pomar, joven y prestigioso enólogo de la bodega. Para descubrir sus vinos, vale la pena probar el Vía Blanca Terroir Series Malbec y el Cavas Don Nicasio Reserva Bonarda, los dos destacan por su calidad y sabor único.

Bodega La Abeja

Es, según explican sus responsables, la primera bodega de San Rafael, Mendoza. Construida en 1883 por el fundador de la ciudad, Rodolfo Iselin, tiene una particularidad que resulta muy curiosa y refleja la pasión de sus dueños: gran cantidad de los vinos que elaboran se producen con maquinarias que datan del año 1885, originarias de Francia. Las visitas guiadas a Bodega La Abeja incluyen la historia completa de la bodega, recorrido por sus instalaciones y, por supuesto, cata y degustación, en las que se pueden probar sus vinos espumantes, como el rosado de malbec dulce; el torrontés dulce tardío Finca La Abeja o uno de los favoritos, Casona Iselin malbec. 

Para descubrir y saborear

San Rafael Mendoza

Aunque no reciben visitas, estas bodegas de San Rafael Mendoza, son algunas de las imperdibles que vale la pena probar y, entonces, dejarse conquistar. Es que San Rafael es pródigo en proyectos pequeños, con vinos novedosos que llaman la atención de las y los consumidores y renuevan la imagen de la vitivinciultura de la región.

Casa Araujo: respeto al terroir y la apuesta a la producción orgánica

Desde Villa Atuel, Casa Araujo es una bodega que hace fuerte énfasis en el cuidado del medio ambiente y el respeto al terroir. «Nuestros viñedos son regados por las aguas del río Atuel, y producimos vinos orgánicos de alta calidad», dice Carlos Araujo, fundador de la bodega. Al día de hoy,  Casa Araujo tiene 100 hectáreas de viñedos que se distribuyen en dos fincas donde se producen mayormente uvas tintas como Malbec, Cabernet Sauvignon y Tempranillo, y en menor porcentaje blancas, como Chardonnay y Sauvignon Blanc. Entre sus vinos destacan el Nucha Malbec Orgánico y el Tempranillo de la línea Cask, los dos reconocidos por su sabor y textura envolvente. La bodega está certificada como productora orgánica.

Scrugli C Wines: bodega boutique de excelencia

Fundada también en el distrito de Las Paredes, Scrugli C Wines destaca por sus viñedos irrigados por los ríos Atuel y Diamante. «Nuestros varietales, como el Don Leandro Bonarda y el Nonno Carlo Cabernet Franc, son reflejo de la dedicación y el cuidado que ponemos en cada botella», dice Francisco Scrugli, dueño de la bodega especializada en los varietales Malbec, Cabernet Franc, Merlot, Chardonnay y Riesling, entre otros.

LJ Wines: la pasión puesta en cada botella

LJ Wines es un proyecto familiar fundado por Cecilia Benavídez y Gonzalo Sosa. Su finca, bautizada «La Julia» en honor a su hija, cultiva viñedos de Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot. «Nuestro enólogo, Fabricio Orlando, aporta una calidad excepcional a nuestros vinos», explica Cecilia Benavídez. Las recomendaciones incluyen el LJW Scrabble Pinot Noir y el LJW Reserva Malbec, ambos reconocidos y apreciados por su equilibrio y profundidad. 

Bodega La Mala María

Bodega La Mala María debe su origen a la enóloga María Celeste Alvaro que, con una amplia trayectoria en bodegas mendocinas, buscó crear un proyecto con una perspectiva diferente. Rebelde, con “carácter”, La Mala María comenzó produciendo 1000 botellas en 2016 y actualmente escaló hasta las 80 mil, que se venden en toda Argentina y se exportan a destinos como Brasil e Inglaterra.

Sus líneas -con varietales cabernet franc, malbec y sauvignon blanc, bonarda y moscatel- son La Mala María Joven, fermentada con pastillas de roble sin tostar; la línea Selección, un vino que pasa 10 meses por barricas de segundo uso y se lo puede disfrutar en malbec, cabernet franc, bonarda y pinot noir y La Mala María Pequeñas partidas, elaboradas con varietales no convencionales como lambrusco, angelotta, taboso, graciana, un blend cofermentado de Syrah y Petit Verdot. 

Si te interesó este artículo, podés leer más acá

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *