A buen bebedor pocas palabras…, o no era así? Hoy comparto con ustedes las claves de un buen bebedor, que diferencia a un bebedor liso y llano de un gran bebedor?
1. Comprar en una tienda especializada
Si bien se venden buenos vinos en muchos lugares como supermercados, almacenes, vinotecas o venta directa, la mejor opción (por lejos) es comprar en un lugar especializado. Las buenas vinotecas no sólo brindan el asesoramiento necesario para optimizar cada peso invertido, sino que cuidarán el producto de la luz del sol, las luces excesivas, de la humedad ambiente y los cambios de temperatura.
2. Conservar en un lugar adecuado
Una vez adquirido el vino, el buen bebedor lo estibará adecuadamente si es que no se bebe inmediatamente. Esta guarda implica, alejarlo del calor o frío extremo, ocultarlo de la luz natural o artificial y ponerlo a salvo de vibraciones.
Los lugares pensados por muchos arquitectos y diseñadores en la cocina, cerca de los fuegos, al lado de la heladera o sobre la misma, no son ni nunca serán los adecuados.
3. Servir a la temperatura correcta
Quien se precie de ser un buen bebedor nunca probará un vino fuera de su temperatura. Cada varietal y cada estilo tiene su temperatura sugerido.
Temperaturas de servicio ideales
• Espumantes de 6º a 8ºC.
• Blancos jóvenes de 7º a 10ºC.
• Blancos de guarda (normalmente comercializados como Roble) de 10º a 12ºC.
• Rosados de 10º a 12ºC.
• Tintos de guarda de 16º a 20ºC.
• Fortificados de 18º a 20ºC.
• Cosechas tardías o dulces de 8º a 12ºC.
En forma simplificada podemos decir que los blancos y espumantes se pueden beber recién salidos de la heladera, mientras que los tintos se pueden unos 45 minutos de sacados de la heladera. Lo importante es no guiarse por la clásica, temperatura ambiente, esa temperatura puede ser 10, 30 o 45°C y no es ningún parámetro exacto.
La temperatura correcta permite la expresión de todos los aromas del vino.
4. Elegir la copa adecuada
Este es uno de los hábitos más importantes y consiste en seleccionar la copa adecuada para cada estilo de vino lo cual es crucial para poder disfrutarlo plenamente.
La copa de espumoso puede ser la clásica copa flauta o en copa de vino blanco.
La copa de vino blanco es más pequeña que la de tinto. Por un lado, normalmente son mucho más aromáticos y liberan sus moléculas aromáticas sin demasiado esfuerzo y por otro lado, al ser más pequeña se sirve menos vino evitando que se caliente rápido. Lo óptimo es poner la botella en una frapera o devolverla a la heladera.
La copa de vino tinto es un poco más amplia y el tamaño y formato varía de acuerdo a los varietales y estilo. Mientras más amplia, menos atrapados estarán los aromas en dentro del líquido y más fácilmente se oxigenará el vino.
5. Escoger el maridaje perfecto
Punto crucial del disfrute total; quien es buen bebedor también disfruta de la buena mesa y la buena comida. Es imposible no disfrutar de un buen asado sin un tinto con cuerpo y estructura o de una bella trucha arcoiris sin un vino blanco de viva acidez. Si bien no existen reglas perfectas para el maridaje, lo óptimo es dejar guiarse por el paladar.
Comidas grasas piden vinos con taninos (esos que suelen secarte la boca si los bebes solo) o vinos con una buena acidez que te ayude a limpiar tu boca.
6. Optar por la compañía
El buen bebedor no acostumbra beber solo.
Eligirá con quien descorchar un gran vino o en su defecto se servirá una copa para disfrutar con un libro o una película.
7. Tomarse el tiempo para disfrutarlo
Si compra en un buen lugar, lo guarda como corresponde, lo bebe en la copa correcta a la temperatura adecuada y con la comida y compañía elegida, solo le resta disfrutar, ya que el disfrute lo es todo. Hay vinos que te llevan a viajar en el tiempo o en el espacio, trayendo recuerdos o proyectando deseos y por ello merecen su momento.
Los invito a seguirlos, paso a paso y prácticarlos. Como saben, el hábito hace al monje, o en este caso, al buen bebedor.