Ahora que Argentina es un destino enoturístico en alza, las bodegas ofrecen, además de los clásicos recorridos por viñedos y salas de barricas, áreas y servicios especializados para recibir a más de un millón doscientos mil turistas anuales. El plan es hacer de cada sorbo un momento realmente inolvidable.
Entre estos nuevos servicios de las bodegas, la gastronomía es el más atractivo y buscado por los visitantes. De norte a sur del país, ya son más de cincuenta los establecimientos con restaurante propio. Entre las propuestas, hay lugar para los tapeos y las “picadas” y también para gastronomía de alto vuelo. Ya sea una u otra, todas son ideales para convertir cada sorbo de vino en una experiencia memorable entre viñedos.
Sabores fundacionales
Nueve de cada diez restaurantes de bodegas se encuentran en suelo mendocino. Este número está en sintonía con el protagonismo que la provincia tiene en la industria vínica local. Entre los pioneros, cabe mencionar Bodega Escorihuela con su mítico 1884 Restaurant, inaugurado en 1996 por el reconocido chef argentino Francis Mallmann. Sus carnes a las brasas o al horno de barro se cuentan entre los maridajes ideales de los tintos mendocinos. Otro precursor de la gastronomía en bodega es Familia Zuccardi. Dentro de sus instalaciones, la Casa del Visitante funciona desde 2004, un restaurante informal y cálido que saca provecho de los sabores cuyanos con un menú de nueve pasos. A partir del éxito de este primer local, hoy cuenta con una segunda propuesta, Pan & Oliva, donde la cocina gira en torno a su otra especialidad, los aceites de oliva de autor.
En el Valle de Uco, Killka, de Salentein, es un visitor centre con museo de arte contemporáneo y restaurante muy concurrido, ya que cuenta con una oferta culinaria sencilla y sabrosa, ideal para recargar energías y continuar con las visitas.
Los clásicos
Los más buscados por los turistas son aquellos que ofrecen una experiencia gourmet con personalidad junto a los vinos elaborados por la bodega anfitriona. Entre estos, se destacan los que se valen de los excelentes productos de la provincia: sus carnes de chivo o cordero, sus truchas y sus verduras y frutas sabrosas. Muchos cuentan con menú degustación de varios pasos, en que cada plato es maridado por un vino. Por ejemplo, en Perdriel, Patricia Suárez Roggerone desarrolla, en La Vid Restaurant, de Bodega Norton, un menú variado con verdaderos sabores mendocinos. Cerca de allí, en Luján de Cuyo, Entre Fuegos, dentro de Bodega Lagarde, despliega recetas producidas a partir de las diferentes técnicas cuyanas a la hora de las brasas: chapa, rescoldo, asador, llama y hornos. A solo treinta minutos, Agrelo es una especie de polo gastronómico de bodegas con una decena de opciones. Entre estas, se destacan el María, de Bodega Séptima, con su salón de frente al Cordón del Plata, y el local Osadía de Crear, en Dominio del Plata, que propone uno de los menús más complejos de la provincia, a cargo de José Cacciavillani. Una propuesta original es Bistró Chandon, donde el menú solo es acompañado por espumosos.
Las novedades
La tendencia crece de la mano del número de enófilos que llegan al país dispuestos a recorrer las rutas del vino. Entre las novedades, a solo minutos del centro de la ciudad, se luce Abrasado, el primer restaurante especializado en carnes dry aged de Mendoza, en las instalaciones de Bodega Los Toneles. Casarena es otra de las bodegas que cuenta con restaurante, en este caso con un concepto moderno tanto de sabores como de estética. En su salón, lucen mesas en forma de L para que los comensales disfruten los platos de cara a la montaña. De más reciente apertura, Espacio Monteviejo, ubicado en Valle de Uco dentro del Clos de los Siete, cuenta con un menú certero para sus vinos, mientras se aprecia una panorámica imponente de la Cordillera.
Más allá de Mendoza
Satisfacer el paladar de los visitantes no es solo una preocupación mendocina. Tanto en la Patagonia como en el noroeste argentino, hay bodegas con propuestas gastronómicas que destacan los sabores regionales y sus buenos vinos.
En Cafayate, epicentro de la vitivinicultura salteña, Bodega El Esteco, además de un restaurante de alta gama, ofrece hospedaje de lujo en su hotel Patios de Cafayate. La gastronomía está a cargo de un equipo de cocineros locales que ponen en valor productos y recetas típicas del noroeste, como empanadas de carne cortada a cuchillo, embutidos y quesos de cabra, bocados que realzan sus sabores en compañía de un Torrontés fresco y chispeante. A la hora de las carnes, son las cazuelas, preparación de origen criollo e impronta local, las que mejor maridan con los tintos briosos y profundos a base de Cabernet Sauvignon, Malbec o Tannat. Entre los postres, se luce el clásico quesillo con dulce de cayote, nueces y miel de caña, un manjar que encuentra en los Torrontés de cosecha tardía un aliado ideal. Si se emprende camino hacia Yacochuya, a mitad de camino seencuentra Piatelli, la bodega más reciente de los Valles Calchaquíes. Este moderno establecimiento cuenta tambien con un amplio restaurante ubicado en una de las terrazas del valle. El menú se especializa en productos regionales y carnes a las brasas con asador a la vista.
A 1.700 kilómetros de allí, entre los viñedos patagónicos de San Patricio del Chañar, algunas de sus modernas bodegas cuentan con restaurantes que vale la pena visitar después del wine tasting. Entre las bodegas neuquinas con foco en la gastronomía, se destaca Familia Schroeder con su restaurante Saurus. En este lujoso local, Ezequiel González ejecuta un menú de pasos con productos como chivo, cordero y carne de pavo, que se lucen junto a las frutas y las verduras de la zona y son ideales para los vinos de la casa. A pocos minutos, la Bodega NQN cuenta con una propuesta más distendida, Malma Resto Bar. La cocina es responsabilidad del chef Pablo Buzzo, un especialista en las carnes de cordero cuyos sabores busca aprovechar con los Malbec, Merlot y Pinot Noir de la bodega.
Como se puede observar, la diversidad de sabores de los caminos del vino en Argentina se puede experimentar más allá de las copas. Para esto chefs, cocineros y sommeliers están listos para satisfacer a los paladares más exigentes con experiencias gastronómicas inolvidables. Un maridaje irresistible que millones de visitantes disfrutan cada año.