Perspectiva de sommelier: Cuáles son los vinos más curiosos de Argentina

Los vinos más raros de Argentina
Los vinos más raros de Argentina

Blancos y tintos que salen de lo común sacuden despabilan a nuevos consumidores que buscan sorpresa e innovación. Valeria Gamper, ganadora del Concurso Mejor Sommelier de Argentina 2019, comparte sus favoritos entre los vinos más raros de Argentina.

En la diversidad está el gusto, y Argentina es claramente amplia en materia de vinos. Gracias a productores dinámicos e innovadores que ponen en valor cepas no tradicionales o recuperan técnicas antiguas, hoy el panorama del vino argentino es más variado que nunca.

Blancos para nada convencionales

Hasta no hace mucho, referirse a los blancos argentinos podía parecer curioso. Sin embargo, el país dio sobradas muestras de su potencial para vinos con  Chardonnay, Sauvignon Blanc y White Blends. Hoy, con muchos de sus vinos instalados como joyas entre los blancos del mundo, aún cuenta con etiquetas que pocos adivinarían que se elaboran en Argentina.

Entre las más originales está Norton Special Edition Grüner Veltliner. Sí, la variedad emblemática de Austria se produce en Mendoza gracias a que fue introducida al país por la familia Halstrick-Swarovsky, actuales dueños de esta bodega centenaria. Si bien Norton es el primero y, por el momento, único productor de esta cepa en Argentina, elabora una versión tranquila y otra espumante mientras amplía sus hectáreas de Grüner Veltliner en Valle de Uco y Patagonia.

El Albariño es una las pocas blancas españolas que logró fama global. Mas allá de Galicia, considerada su tierra natal, o el norte de Portugal, ha sido cultivada con éxito en Uruguay, Estados Unidos, y hasta Bordeaux. En Argentina, hay escasas ocho hectáreas y algunas bodegas la elaboran con éxito. Viña Las Perdices fue la precursora y desde 2011 produce con uvas de Agrelo, Mendoza, a 980 msnm.

Costa & Pampa, por su parte, es una bodega experimental de Trapiche ubicada a 6 km del mar en Chapadmalal, Buenos Aires, donde logra un exponente de acidez distintiva, alcohol moderado y marcada influencia oceánica. Combinada con Riesling y Savagnin se la encuentra también en Tiara, un blend inusual pero muy elegante de Viña Alicia.

Algo más difundida, la Gewürztraminer ofrece buenos resultado en zonas altas y frías de Mendoza, aunque también en Patagonia, San Juan y Buenos Aires. Los pioneros en trabajarla de manera varietal fueron Rutini y Luigi Bosca. La primera desarrolló el primer varietal seco en 1994 y el segundo, como vino dulce, bajo el nombre Luigi Bosca Selección de Granos Nobles.

Bienconvino Aperitivos y Postres Gewürztraminer es el primer blanco off-dry del mercado y forma parte de una línea elaborada por las sommeliers Valeria Mortara y Mariana Achával, pensada para armonizar con platos.

Si bien es la variedad más extendida de la Argentina, aunque no es la misma Pedro Ximénez de España, ha sido usada tradicionalmente para mezclar y dar volumen a vinos genéricos de consumo diario. Está considera dentro de familia de las ¨criollas¨ y pocas veces se la ha visto vinificada como varietal. Mariana Onofri reivindica la cepa elaborando el vino blanco tranquilo Alma Gemela Pedro Ximénez, proveniente de parrales viejos de su finca en Lavalle.

Tintos curiosos

Bequignol es una variedad del sudoeste francés que actualmente está más extendida en Mendoza que en su tierra natal y es protagonista entre los vinos más raros de Argentina. Sorprende saber que el país cuenta con más de 500 hectáreas y que solo un vino lleva su nombre en la etiqueta. Germán Masera fue quien la puso en agenda y la convirtió en objeto de deseo de todo sommelier. Con una enología de baja intervención, lo embotella  bajo la marca Livverá. Es un vino ligero y fresco proveniente de parrales de Zampal, Tupungato.

La Garnacha es una cepa mediterránea, resistente a la sequía y a climas extremos, con tendencia a madurar en forma tardía. Por todo esto no sorprende que se haya adaptado a zonas cálidas de Argentina como los Valles Calchaquíes o algunas regiones de Mendoza.

El primer varietal salteño de Garnacha fue Estancia Los Cardones Tigerstone, proveniente de una viña pedregosa de Tolombón, y resulta fluido y refrescante. Los exponentes mendocinos que se destacan son Ver Sacrum Garnacha y el rosado estilo provenzal ¨Padma¨ de Corazón del Sol.

Otra forastera es la Cordisco, de origen italiano, más precisamente de Abruzzo, donde comúnmente se la conoce como Montepulciano. Los hermanos Durigutti la plantaron en 2012 en Luján de Cuyo y en 2017 lanzaron un varietal que mantiene alerta a todo winelover. Elaborada en huevos de cemento con levaduras nativas, sale bajo la línea Proyecto Las Compuertas.

Vinos de flor y montaña

A pesar de las fuertes raíces de la cultura española, los vinos con crianza biológica pueden contarse entre los vinos más raros de Argentina. Entre los pocos que se producen se destacan Pedrito Vino de Flor de Finca Las Moras, elaborado en San Juan con uvas Pedro Ximénez.

En Mendoza, mientras tanto, existen dos exponentes de culto entre los amantes de este estilo de vinos. Volare de Flor de Bodega Per Se es una mezcla de añadas de Chardonnay, mientras que Altar Uco Edad Antigua Vino en Flor de Juan Pablo Michelini es un Sauvignon Blanc de Gualtallary, Valle de Uco.

Resultado de la innovación y curiosidad de sus winemakers, hoy los vinos argentinos se lucen en categorías que muy pocos hubiesen imaginado años atrás para convertirse en un nuevo favorito de los amantes de los vinos exóticos y originales.

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