Viognier, una sorpresa exquisita de los viñedos argentinos

Viognier Argentino

A la hora de pensar en vinos blancos, Argentina ofrece una diversidad de la que pocos saben. Mientras que frente a la góndola de los tintos es fácil saber cuáles son las cepas protagónicas en el mercado, entre los blancos las cosas están más repartidas.

Entre estas uvas, el Viognier argentino es una alternativa que no todos conocen en profundidad, y no solo en este país, sino en el mundo. 

Esta cepa, popular en regiones del norte del Ródano como Condieu y Chateau Grillet, da vida a algunos vinos gloriosos de Francia y exclusivos para expertos, motivo por el que algunos productores argentinos decidieron cultivarla en sus viñedos. 

Otra razón de esta apuesta es que se trata de un varietal blanco que gusta de los terruños soleados y secos, además de ser una gran alternativa para quienes quieren salir de los blancos más tradicionales. 

Por último, al no ser una cepa identificada con algún país en particular, como sucede en Argentina con el Malbec o en Nueva Zelanda con el Sauvignon Blanc, apostar por ella parece una estrategia interesante ante el avance de los paladares curiosos.

Orígenes del Viognier argentino

En 1993 arribó a la Argentina cuando en Bodega Lagarde decidieron plantarla en sus viñedos de Luján de Cuyo, Mendoza. “Desde que lanzamos nuestro Lagarde Viognier nos convertimos en referentes para aquellos que buscan blancos frescos más allá del clásico Chardonnay o Sauvignon Blanc. La gente se fascina con estos vinos”, sostiene Juan Roby, winemaker de esta clásica bodega mendocina.

Por su parte, Silvio Alberto, de Bodegas Bianchi, es otro amante del Viognier argentino. Y destaca: “Trabajo con estas uvas desde hace años, elaborándolas en todas sus posibilidades. Te permiten crear vinos frescos y jóvenes como nuestro Famiglia Bianchi, pero también otros más intensos con crianza en roble, vinos muy importantes y con gran potencial. Mendoza es un gran lugar para cultivarla y cada vez gana más adeptos”.

En este aspecto, da en el clavo ya que el clima soleado y seco parece ser la razón de los buenos resultados del Viognier argentino, que además se ve favorecido por los suelos pobres. 

Es por esto que su superficie, unas 758 hectáreas a nivel nacional, se distribuye principalmente entre Mendoza y San Juan. 

En estas dos regiones, bajo el típico sol cuyano, el Viognier permite elaborar vinos de notable expresión floral que resaltan por sus notas de jazmín y rosas blancas.

La paleta de aromas frutales es amplia en frutos blancos como pera y manzana verde, junto a durazno blanco, lima y mandarina. En boca es siempre amplio y graso pero vibrante. 

Más allá del predominio cuyano, también da buenos resultados en Patagonia y el Noroeste.

Algunos de los ejemplares más clásicos y celebrados son Diamandes de Uco, Lagarde, Famiglia Bianchi, Escorihuela Gascón y Serbal de Bodega Atamisque.

Viognier Argentino

Viognier & friends

Así como en el norte del Ródano, más precisamente en Cote Rotie, el Viognier se cofermenta con Syrah para lograr una mejor extracción aromática del tinto, en Argentina varios productores lo utilizan con el mismo propósito. 

La técnica indica que con no más de un 5% de Viognier el Syrah brinda resultados expresivos y tensos como El Enemigo Syrah-Viognier, Trapiche Iscay Syrah-Viognier o Las Perdices Syrah-Viognier.

Pero en las bodegas locales también desarrollaron otras fórmulas exitosas con Viognier argentino, como las que resultan de combinarlo con Chardonnay. 

En estos vinos la cepa del Ródano brinda intensidad floral y de fruta blanca, además de apuntalar estructura, como es el caso de Mythic Vineyards, Finca Agostino y Zuccardi Serie A

También existen casos más complejos, como en la ascendente categoría White Blend. Aquí veremos al Viognier presente en interesantes etiquetas como Blanchard & Lurton Grand Vin, donde se combina con Tocai, Pinot Gris y Chardonnay; Chakana Nuna Blanco, corte de Sauvignon Blanc, Chardonnay y Viognier; Mosquita Muerta Blend de Blancas, una osada mezcla de Chardonnay, Viognier, Moscatel de Alejandría y Sauvignon Blanc o el sobrio Luigi Bosca del Alma, producto de una sofisticada combinación de Chardonnay, Sauvignon Blanc, Viognier, Pinot Gris y Riesling.

Si bien se trata de un corte, hay otra apuesta singular que destaca el carácter del Viognier en Argentina, esta vez a partir del método tradicional de segunda fermentación en botella. Se trata del Alma 4 Viognier, que madura 20 meses sobre lías para dar lugar a un espumoso súper floral y frutado.

Viognier Argentino

Dulce tentación

“Una característica del Viognier en Mendoza que hay que remarcar es su versatilidad”, explica Fernando Losilla, de Viña Las Perdices. “Es una cepa que podemos usar para blancos secos, para base de espumosos, con el Syrah y hasta para elaborar sabrosos cosecha tardía”, agrega.

El último estilo que destaca el winemaker es bastante popular ya que esta variedad en el viñedo es vigorosa y muy resistente a las enfermedades, de modo que se la puede cosechar de forma tardía para obtener así grandes vinos dulces naturales como Fuego Negro Dulce Natural, Las Perdices Late Harvest, Desierto Pampa Late Harvest, Ampakama Dulce Natural y Alma Mora Dulce de Viognier

Un clásico del segmento de vinos dulces de Viognier es el Malamado Blanco elaborado a la manera de Oporto por Bodega Zuccardi.

Sin dudas, etiquetas curiosas que vale la pena acompañar con quesos madurados, una pesca sabrosa o tartas de frutos y cítricos, mientras se piensa qué otros vinos argentinos nos pueden sorprender en la próxima visita al wine shop.

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