Tecnología y vino: el impacto de la Inteligencia Artificial desde el viñedo hasta la botella

Tecnología y vino: el impacto de la Inteligencia Artificial desde el viñedo hasta la botella

Negar el avance de la Inteligencia Artificial (IA) en el mundo productivo y desperdiciar sus beneficios sería necio. Con el tránsito de lo que se conoce como la 4ta. Revolución Industrial (I 4.0), en la vitivinicultura argentina las bodegas han entendido la importancia que tiene el uso de la tecnología y su impacto puede verse desde el viñedo hasta las botellas que salen al mercado.

Cada vez son más las bodegas que la aplican en diferentes momentos de la cadena de producción. Y hasta en el ámbito académico y de formación de los profesionales de la enología ya se considera incorporar el manejo de la IA a los planes de estudio. Es que su aplicación ha logrado una transformación de la vitivinicultura desde el campo hasta el marketing del vino. 

Algunas de las bodegas de nuestro país que ya están trabajando con IA en sus procesos son Nieto Senetiner y Cadus Wines, que en su establecimiento ubicado en Vistalba, Luján de Cuyo, cuentan con varios proyectos con la inteligencia artificial como protagonista, pero el más representativo y vigente es un sistema de remontado automático de las piletas de fermentación. 

“Entendemos la IA como toda aquella máquina que tiene un algoritmo que de alguna manera hace más inteligente al hombre. Mucha gente piensa y dice que la inteligencia artificial va a reemplazar al hombre y vamos a perder la artesanalidad. Justamente nosotros no lo entendemos de esa manera. Es una herramienta más que nos ayuda a liberar la cabeza en algunas cosas para poder ser más creativos, más innovadores y poder hacer los procesos con más precisión”, sostiene Santiago Mayorga, el enólogo de ambas bodegas. 

Este sistema de remontaje automático, aplicado a una bodega que fue construyendo su historia a lo largo de diferentes etapas de la vitivinicultura argentina, les puso a disposición diferentes capacidades y modelos a las piletas de fermentación, lo que les permitió reemplazar fermentaciones muy largas, difíciles, que demandaban mucho tiempo y trabajo por un proceso más eficiente. 

“Usamos un sistema que se llama Air Mixing de Parsec, que lo que hace es un remontado automático a través del uso de aire comprimido y oxígeno para que la fermentación se desarrolle solamente en 7 a 10 días. Tiene dos sensores de temperatura, distintos sistemas de intensidad que se regulan y permiten hacer un remontaje sin necesidad de que el hombre tenga que intervenir. Se puede hasta generar desde el celular”, suma Mayorga.

El sistema también le permite el control automático del frío. Antes, una persona debía controlar manualmente la temperatura y el grado Baumé. Ahora, solamente se debe medir el segundo indicador y la temperatura se regula mediante el Air Mixing.

Negar el avance de la Inteligencia Artificial en el mundo productivo y desperdiciar sus beneficios sería necio.

Desde la bodega a la botella

Para Matías Morcos, joven enólogo que comanda las operaciones de Familia Morcos, el uso de la IA se da en toda la cadena productiva. Él fue el impulsor de una de las primeras líneas de vino donde el diseño de las etiquetas estuvo enteramente desarrollado por la Inteligencia Artificial, hace ya dos años. Hoy, el aprovechamiento de esta herramienta se ha extendido a toda la bodega. 

“Inicialmente empezamos con la parte de diseño y desarrollo de nuevos productos y nuevas etiquetas. Lo usamos para hacer brainstorming, contar historias, poesía o para diseñar etiquetas. Tenemos varios vinos ya que algo de inteligencia artificial han tenido en la parte de diseño. Obviamente trabajando con un diseñador de la mano, en conjunto”, describe el enólogo.

Pero además de eso, ahora en Familia Morcos están entrenando a modelos llamados AI Agent. “Son como enólogos virtuales. Los entrenamos con nuestra información, cargando muchos datos, libros de enología, de Mendoza, de historia, para que entiendan. Nos ayudan en decisiones enológicas o en consultas porque imaginate que le cargo todos los libros de enología que te imagines y cuando tengo una duda específica sobre, por ejemplo, una levadura, no necesito contratar un asesor o leer 10.000 libros como tenía que hacer antes, sino que toda la info está ahí”, destaca Morcos.

Finalmente, la empresa del Este mendocino está creando un producto desarrollado directamente con Inteligencia Artificial. “Todavía no lo lanzamos, pero es uno de los productos más innovadores que tenemos en la bodega. Lo empezamos con unos argentinos en San Francisco este año, así que estamos creando un producto disruptivo para la industria, 100% creado y diseñado en base a la IA”, completa. 

En el marketing del vino el avance de la IA también ha sido inevitable.

Eficiencia en los procesos

Como mencionamos, en el marketing del vino el avance de la IA también ha sido inevitable. “Utilizamos IA en la etapa inicial del proceso creativo, más precisamente en la etapa de brainstorming. Desde el lado del diseño, la IA es fundamental al momento de trabajar piezas creativas como fotos o videos, más precisamente en su versión paga. Nos ayuda a optimizar tiempos”, aseguró Soledad Mayorga, gerente de Marketing de Antigal Winery & Estates.

“Creemos que la utilización de la IA va ir creciendo a medida que vayamos capacitándonos y entendiendo todo su potencial. El uso de esta tecnología se va a expandir al resto de las áreas de la bodega. Con esto vamos a obtener mayor eficiencia en los procesos, en cuanto tiempo y costo. Debemos entender que la AI es una herramienta nueva que estamos conociendo y nos puede aportar mucho a nuestro trabajo diario”, opinó Mayorga.

La Inteligencia Artificial en la educación enológica

Aunque todavía la formación académica en Argentina en el campo de la enología no ha incorporado la IA, este año desde la Universidad Juan Agustín Maza dictarán un curso sobre la materia y esperan que se sume al plan de estudio de la carrera en la próxima actualización -que ya está en trabajo-. 

Bajo el título «Control Automático de Procesos e IA aplicado a la Vitivinicultura», está a cargo del ingeniero agrónomo, docente y consultor Humberto Colombo y abordará temas claves relacionados con el uso de tecnologías avanzadas en la industria vitivinícola. “La IA es un gran desafío que implica mayor capacitación, más inversión, compromiso con el medio ambiente pero, a su vez, crea nuevas y grandes oportunidades”, celebra.  

Desde su perspectiva, la IA abarca todas las etapas del proceso productivo: en la producción primaria, actuando sobre los viñedos; determinando el grado de maduración de los frutos,; estableciendo el momento más adecuado para la cosecha; controlando plagas; suministrando cantidades adecuadas de fertilizantes; en el lagar, controlando las etapas de fermentación y tomando las decisiones más adecuadas y en comercialización, creando nuevas formas de distribución y venta del producto final. 

“Como ventajas de su implementación, podemos mencionar desde ahorro en insumos, menor desperdicio y adecuar la producción al gusto de los consumidores, hasta predecir situaciones y ante cambios actuar rápido y lo más acertado posible”, concluye Colombo.
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